La náusea

¡Qué difícil se me hace mantenerme en este viaje sin saber a dónde voy en realidad! Zapping, zapping, zapping y nada para ver. No una nada intrascendente (rien) como la que fundamenta la literatura de Céline, sino una nada metafísica (Néant) que, como no podría ser de otra manera, desemboca en la náusea. Nos salvan de la trascendencia (es decir del anonadamiento o de la nihilización) apenas algunas repeticiones de Seinfeld (están dando algunos capítulos que, por fortuna, no recuerdo haber visto nunca).
Saberme pendiente de la resolución de Desafío Gourmet me hace comprender la atroz carencia televisiva en la que me encuentro. Descubrirme mirando las insoportables películas de Hitchcock me hace dudar de mi capacidad para salir de esta situación de vacío.
Hay, eso sí, una sola recomendación para hacer (y tal vez ya sea tarde, tal vez la temporada ya haya terminado o nunca más vuelvan a programar la serie): se trata de Reno 911, una comedia de media hora que pasan en FX y que, como su nombre lo indica, parodia el universo policíaco. Nada novedoso, pero los caracteres están bien diseñados (una torta sosa, una ninfomaníaca, una negra mística, el capitán trolo, un negro no se qué, un mexicano asesino....) y los comediantes realmente son graciosos en las improvisaciones que constituyen el núcleo del programa. En el último capítulo que vi (de ahí mi sensación de final), luego de que dos de los policías mataran a una persona, echaron a todo el pesonal de la estación de policía. Aparentemente, la serie empezó a emitirse en 2003, así que espero que tengan capítulos de reserva para evitar mi nocturna desesperación, mi desasosiego.