domingo, 30 de septiembre de 2012

Pienso, luego existo

--> por Daniel Link para Perfil

¿Son mejores o peores los alumnos y los docentes de Harvard que los de La Matanza? Por muchas razones, la pregunta es incontestable, pero decir “Esto es Harvard, no La Matanza”, ya sea por una pregunta mal digerida o por un comportamiento inadecuado (las crónicas difieren en este punto, pero me atengo a la de Página/12) es de mal gusto, insultante y, sobre todo, irresponsable, dado que se trata de una universidad estatal que depende, como todas, de las autoridades que rigen su destino, en primer término, y del Estado Nacional, que les remite fondos para su funcionamiento, en última instancia...
Digo “última instancia” y llego al corazón de esta reflexión. El carácter profundamente reaccionario del kirchnerismo se reconoce en el rechazo alérgico a las categorías clásicas de la interpretación cultural marxista, dentro de las cuales, la noción de “imaginario” ocupa un lugar incómodo pero, al mismo tiempo, central (la categoría no debe ser escondida debajo de la alfombra, sino revisada constantemente).
Para el kirchnerismo no hay pensamiento (ni propio ni ajeno), no hay dimensión imaginaria (ni propia ni ajena). Nadie se equivoca. Todos somos, sencillamente, piezas móviles (idiotas útiles o estúpidos imberbes) en un juego incomprensible del que participan sólo ciertos poderosos. Si alguien pregunta al poder regente algo que éste no quiere contestar, es porque fue mandado literalmente por los conspiradores del campo enemigo y no porque haya una dimensión, la ideología, que haya interpelado y moldeado esa conciencia (la tarea de la universidad no es sino desmontar esos mecanismos ideológicos). El que pronuncia una pregunta idiota (todos de acuerdo) está leyendo un papelito que le pasó Lanata o un mensaje de texto que le mandó Magneto.
El retroceso que significa un pensamiento semejante ha quedado claro con la desafortunada referencia de la Sra. Fernández a la Universidad de la Matanza, a la que se refirió como el otro extremo de una escala (equivocándose en eso, como en tantas otras cosas, por pura logorrea) y la airada defensa de sus canes cerberos que, aplicando la misma regla que ellos aplican al campo enemigo, sólo podrían ser entendidos como peones ciegos de un juego que no entienden.
El rector de la Universidad de la Matanza se manifestó dolido y el Intendente del partido y no sé qué otros obsecuentes salieron a desmentirlo y a decir que las palabras de la Sra. Fernández, cuándo no, habían sido malinterpretadas.
No importa cuan idiotas pudieron haber sido las preguntas formuladas por los alumnos presentes en Harvard (cualquier docente sabe que las preguntas estudiantiles casi siempre se formulan, legítimamente, desde el lugar de la incomprensión: un alumno es un educando, alguien que no sabe, cuya conciencia está en un lugar equivocado y que, por eso, estudia), pero lo que es seguro es que respondían no a un mandato conspiracional sino a una configuración ideológica compleja.
Simplificar el asunto como lo han hecho los perros de palacio durante los últimos días es una forma de soberbia peor que la que puede deducirse de las palabras de la Sra. Fernández: la soberbia de los subalternos.
La “dorada juventud” a la que ahora se quiere dotar de los derechos de voto, tiene esas cosas (evidentes tanto en Harvard como en La Matanza): a menor formación teórica, mayor permeabilidad y sujeción a la ideología dominante que, en nuestro país, se llama Kirchnerismo, y cuyas unidades (casi todas ellas) son nefastas: el ser viviente como consumidor, en primer término; y es mejor reinar en una Villa que gobernar en una República, en segundo lugar.


3 comentarios:

Julia dijo...

La palabra justa y el análisis certero. Bien de Harvard, la Sorbona, Oxford... de la UBA y por qué no de La Matanza. Que lo que cuenta es el pensamiento universitario que entre otras cosas intenta huir de los dogmatismos.

Anónimo dijo...

Odio matar la poesía. La tuya es impecable. Pero no queda otra que matarla. ¿La única verdad es la realidad? Ni vos ni yo creemos que una frase pueda ser construida con eso dos sustantivos, menos en la misma oración.
"...es de mal gusto, insultante y, sobre todo, irresponsable". Yo mato la poesía, vos matás la ironía.
"Dado que se trata de una universidad estatal que depende, como todas, de las autoridades que rigen su destino, en primer término, y del Estado Nacional, que les remite fondos para su funcionamiento, en última instancia...". No, no es en última instancia. No tendrán la calidad de la UBA, pero hay un cinturón (¿de hierro?) de universidades nacionales que crecen en lugares inverosímiles como La Matanza, por políticas que nadie más desarrolló, ni va a desarrollar. Primeras generaciones de estudiantes universitarios, la mayoría.

Y ahora vayamos por el lado "Ravi Shankar":
"El carácter profundamente reaccionario del kirchnerismo" (...) "rechazo alérgico" (...) ""equivocándose en eso, como en tantas otras cosas, por pura logorrea" (...) "la airada defensa de sus canes cerberos" (...) "sólo podrían ser entendidos como peones ciegos de un juego que no entienden" (...) "y no sé qué otros obsecuentes" (...) "cualquier docente sabe que las preguntas estudiantiles casi siempre se formulan, legítimamente, desde el lugar de la incomprensión: un alumno es un educando, alguien que no sabe, cuya conciencia está en un lugar equivocado y que, por eso, estudia" (...) "perros de palacio" (...) "es una forma de soberbia peor que la que puede deducirse de las palabras de la Sra. Fernández: la soberbia de los subalternos." (...) "a menor formación teórica, mayor permeabilidad y sujeción a la ideología dominante que, en nuestro país, se llama Kirchnerismo, y cuyas unidades (casi todas ellas) son nefastas: el ser viviente como consumidor, en primer término; y es mejor reinar en una Villa que gobernar en una República, en segundo lugar." ¿Dominante? ¡Ja, ja, ja, ja! Y segundo, el consumo se vuelve mucho menos execrable cuando se compara aquellos momentos en que los sectores más vulnerables eran incapaces de consumir. E incluso cuando se piensa un segundo en qué es lo que viene.
Quiero decir que,¡es increíble como los que critican la supuesta soberbia han sido históricamente abanderados de la soberbia suprema! Y lo siguen siendo según te he citado; y te vuelvo a citar: "un alumno es un educando, alguien que no sabe, cuya conciencia está en un lugar equivocado y que, por eso, estudia"; acaso la soberbia de tarima que tanto has sabido ejercer al frente de una clase -fijate que no te digo "profesor", después de todo es un mero titulillo.)

Y dicho esto, coincido plenamente en que: "Para el kirchnerismo no hay pensamiento (ni propio ni ajeno), no hay dimensión imaginaria (ni propia ni ajena). Nadie se equivoca. Todos somos, sencillamente, piezas móviles (idiotas útiles o estúpidos imberbes) en un juego incomprensible del que participan sólo ciertos poderosos." Y me preocupa. Y mucho.
Saludos.

Anónimo dijo...

Por huir de los dogmatismos caemos en las muy pragmáticas celadas de los auténticos lobos. El Kirchnerismo es apenas un lobato.