sábado, 23 de octubre de 2010

Batalla jubiltoria

Por Daniel Link para Perfil


La “cuestión jubilatoria” es delicadísima y requeriría de esfuerzos de pensamiento para resolverla que, aparentemente, nadie está dispuesto a hacer. Sabemos dos cosas: los jubilados (que lo son no por propia decisión, sino por una cierta dinámica del mercado laboral) merecen cobrar haberes jubilatorios de acuerdo con los aportes que realizaron (un porcentaje de sus ingresos que, sumados a los aportes patronales, dan la medida de sus ingresos y, por lo tanto, de los haberes jubilatorios, que no deberían entenderse sino como la “devolución” de los aportes realizados en su momento.

El sistema debía ser homeoestático (autoequilibrado), pero las transformaciones en los sistemas de producción y en el mercado laboral, junto con la irresponsabilidad de los gobernantes, lo pusieron en crisis (tal vez definitiva). Lo segundo que hoy sabemos es que la seguridad social no tiene dinero para cumplir con sus obligaciones previsionales (y cada vez tendrá menos: envejecimiento poblacional, transformación del trabajo, corrupción administrativa, etc).

La solución conservadora ha cortado siempre el hilo por lo más delgado: achicamiento de las jubilaciones y pensiones (pauperización de los jubilados) o aumento de la edad jubilatoria (cuando no las dos cosas).

La casuística me obligaría a citar un ejemplo cercano: mi mamá, que siempre se autoabasteció como jubilada, desde 2001 (¡hace diez años!) ha debido aceptar progresivamente su imposibilidad para pagar siquiera los servicios públicos. Pero no es un caso en el que convenga detenerse, porque su contexto es un país disparatado cuya única esperanza (¡temor y temblor!) es que no bajen los precios internacionales de las commodities que coloca en el mercado global.
Mejor es mirar a París que, como siempre, dicta las tendencias de las moda: las reformas jubilatorias propuestas en el parlamento por el gobierno nacional desataron una gigantesca movilización social (doscientos detenidos) incluida una huelga del temible gremio de los camioneros que ya ha desabastecido a parte de la red de expendedores de combustible líquido. En esas guerras, se nos va la vida…



3 comentarios:

FedericoR dijo...

Cada vez más, la vejez es el tema del futuro...
Lo que no me parece tan evidente es que la jubilación deba ser un porcentaje de lo cobrado en actividad, bien podría ser una suma fija que responda a cubrir necesidades (que incluyan el placer, por supuesto)

ezekiel dijo...

La huelga general en Francia, la encabezaron los petroleros, los bachilleres (sí, los estudiantes hacen política) y los estatales. El desabastecimiento de combustible lo causó la huelga de los petroleros que bloquearon, hicieron piquetes en las puertas de las refinerías, y no los camioneros. Que tu mamá no pueda pagar los servicios públicos se debe seguramente a que le falta realizar algún trámite con las compañias. La mía también es jubilada, con la mínima y paga tarifas de jubilado, menos de 10 pesos de gas, el agua gratis, la luz 15 pesos, el ABL exceptuado y el teléfono 17 pesos.

Cyrena dijo...

Lo que yo nunca entendí es por qué algunos festejaron la desaparición del sistema de AFJPs como si hubieran expropiado a los empresarios y no a los aportantes. El dinero de los aportantes se lo agarró el Estado, tanto como si hubieran "nacionalizado" los bancos y ahora todos fuéramos clientes cautivos del Banco Nación en vez del Banco Pirulo. Si el sistema previsional puede estar en manos privadas aunque sea parcialmente, es otra discusión (en la cual yo me inclinaría por sugerir que no). Pero festejar esa medida como si fuera que ganaron los buenos, me parece un poco falto de sustento.