Anoche, incursión antropológica en unos rituales de tribus remotas: un casamiento (¡hétero!), donde había hasta un ministro del gabinete nacional. Nos fuimos cuando el DJ (¿en qué club de tenis lo habrán reclutado?) insistía en hacer bailar a esa pobre gente (¡salvemos a los héteros!) canciones de.... ¡Nirvana!
Como esta noche tenemos otro casamiento, pero éste de tortas..., imaginamos que nos torturarán con la Sole o cosa semejante.
Se impone un intermedio (in the middle) comme il faut, para recuperar (al menos parcialmente) la alegría de vivir:
Parroquia
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Hablando con un amigo, le mando la foto de un libro porque no tengo el
teléfono a mano. No digo la genialidad, ni muchísimo menos, ¡pero sí me di
cue...
Hace 3 semanas.

2 comentarios:
¿No habrá que aguzar el olfato? Quizás era tan otro el casorio, no por hétero, sino por juvenil. Digo, "Smell like teen spirit".
Me parece que estos chongos bailarían cualquier cosa, hasta sin música.
(La palabra clave fue "dolere")
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