¿Y por qué de alguna manera fracasa? ¿Por qué se termina?
-Mirá, ésa es una cosa de la cual nunca tuve una idea clara. Porque desde un comienzo el proyecto estaba planteado como un proyecto que para testearlo tenía que durar un año. Creo que la crisis hizo que Magazín terminara mucho antes, lo que significa que la crisis también comenzó mucho antes que lo que nosotros recordamos. Porque efectivamente, estamos hablando de fines de 1997 y en ese momento era complicado sostener un proyecto cultural. Antes de la devaluación, no sé si se acuerdan, el papel salía carísimo, no se conseguía. Imprimir era una pesadilla, tanto que los libros se imprimían en Chile, muchas revistas inclusive se imprimían en Chile por los costos que tenía. Supongo que eso ayudó a precipitar la desaparición de Magazín, pero insisto, de todos modos, siempre me pareció que, bueno… Un poco lo que te decía antes, cuando uno es socio de un proyecto dice: voy a seguir hasta las últimas consecuencias. Yo no era socio, de modo que no tenía manera de medir las últimas consecuencias y tampoco me interesaba. Esa es un poco la frustración que a uno le puede dar cuando está en relación de dependencia, pero al mismo tiempo la tranquilidad: no dejó de salir por nada que implicara mi capacidad de trabajo, mi imaginación, o lo que fuere, yo sólo era un empleado. Digo, se puede decir que la revista fue un fracaso y en ese punto soy el responsable, pero la verdad es que con seis números es muy difícil saberlo.
La entrevista completa de Sebastián Hernaiz y Diego Cousido para El interpretador, acá.
Las tres gracias
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Mientras preparo un taller sobre el paso (siguiendo algunos motivos) de los
cuentos tradicionales, desde las lejanas cortes europeas a los libros que
hay...
Hace 2 semanas.
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