S. se encuentra con una joven coleccionista de arte que le ha comprado dos fotos (una de la serie de Sebastianos y otra de la serie Rainbow). Charlando, ella le cuenta una historia más o menos íntima que involucra su obra.
En una fiesta, amigos le presentaron a amigos. La joven (30 años) simpatizó con uno de ellos (29). Intercambiaron teléfonos. Hablaron un par de veces. Se mandaron mensajes de texto. A ella le gustaba ese tonito levemente provinciano que no dejaba adivinar exactamente su procedencia. Por pudor nunca le preguntó nada (ya saldría el tema en alguna conversación). Lo invitó a su casa a tomar algo (ya había decidido que estaba dispuesta a dejarlo tomar su palacio por asalto). Lo hicieron (es decir: tomaron algo y se echaron un polvo). En la charla posterior, de regreso a la sala palermitana, él contempló la foto de Sebastiano y dijo "qué linda imagen". A ella la puso contenta que pudieran compartir ese pequeño placer estético, además de los otros. "Ah, sí, San Sebastián...", comenzó a decir, cuando el joven la interrumpió: "Nosotros no lo llamamos así".
"¿Quiénes son nosotros?", preguntó ella, pícara, pensando que iba a recibir un gentilicio como respuesta. Él, que consideró muy sólido el vínculo establecido entre ellos, quiso revelar las entretelas de su alma y le contestó: "Los umbanda. Lo llamamos Pai Preto". Nunca más se vieron.
(anterior)
Las tres gracias
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Mientras preparo un taller sobre el paso (siguiendo algunos motivos) de los
cuentos tradicionales, desde las lejanas cortes europeas a los libros que
hay...
Hace 2 semanas.
7 comentarios:
¿La joven coleccionista propició el alejamiento del joven a causa de su (de él) filiación religiosa? Si el joven hubiera manifestado se católico ¿hubiera sido aceptado? Desdeñar una religión que realiza rituales paganos en los que se incluyen sacrificios de animales ¿es más coherente que aceptar como normal las prácticas de una religión que durante siglos practicó la tortura y la ejecución (recientemente vimos a los tilinguitos que se paseaban disfrazados conmemorando la "simpática" matanza de decenas de mujeres acusadas de brujería en el norteammericano pueblo de Salem)? No sé, no termino de entenderlo.
tito a.
por favor... un chongo umbanda? dejame de joder...
la moraleja de esta fábula (los ánimales están tácitos, pero estan)es : la primera pregunta debe ser sobre la procedencia, sobre el origen... no seamos caretas
julieta prandi tambien tuvo un novio umbanda
Mirá si era antrofópago y le comía un pie a los postres. Moraleja: nunca dejes entrar a tu morada a una persona de la cual desconoces sus hábitos dietarios. Se salvó raspando se salvó.
El relato es precioso, Link, y lo que menos importa, che, es por qué carajo no se vieron más. Si el relato hubiera aclarado eso, no habría resultado así de precioso. Viste que los retóricos llaman "estilema", en el estilo (obvio), a lo que sería un lexema en el léxico y un semema (obvio) en el análisis semántico, al menos en el greimassiano. Digo: no es estilema tuyo decir "se echaron un polvo". Es más, acudiendo a tu larga historia de profesor de Semio, y continuando en las huestes greimassianas, queda para el mismísimo mal, porque es una ruptura extrema de la isotopía estilística, justamente.
Tito a. me recuerda a esos alumnos estrellita de las clases densas, que abren la boca todo el tiempo diciendo una boludez tras otra. ¿A quién se le ocurriría pensar que se dejaron de ver por lo umbanda? ¿QUé parte del texto habilita a pensarlo? Ninguna. Lo que puede derivarse no sé si lógicamente del comentario sobre la Iglesia Católica es que no conviene, por ejemplo, intimar con un ruso, porque probablemente termine decapitando a la amante como Stalin hizo con Trotski, o evitar los placeres chinos, porque pueden matarte en una manifestación estudiantil, o no asistir a esos bellos conciertos de la Metodista de Corrientes, porque Bush es metodista.
Un abrazo.
J
Mirá qué loco, yo pensaba que las estrellitas de la clase le chupaban las medias al profe ("El relato es precioso, Link, y lo que menos importa, che, es por qué carajo no se vieron más") usaban terminología técnica para que el profe sepa que prestaron atención ("estilema", "semema"), y por criticar a cualquiera que se le cruce, no leen a fondo lo que el otro dijo... yo pregunté si era por el umbandismo que se habían dejado de ver; creo que esa posibilidad está sugerida en el texto, y el ejemplo del catolicismo lo puse para ilustrar mi opinión de que no me parece atinado alejarse de alguien sólo por su religión. Pero en lo que estoy de acuerdo es en tu ruptura del estilema, Daniel. No sé cómo vas a volver de la gaffe de usar una frase tan poco académica como "echarse un polvo". ¡Los Greimassianos te van a lapidar!
che, ¿puedo considerar esta historia como una pequeña expresión de lo que quizá sea el primer impulso de la alta literatura rioplatense por rescatar para ella (aunque en sus márgenes) a Mario Benedetti?
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