Mario Oporto pasará a la historia como el ministro de educación que, en la provincia de Buenos Aires, aniquiló (sin que le temblara el pulso) la insultante reforma educativa patrocinada e impuesta por el peronismo en los años noventa. “Hay que reconstruir la escuela de los adolescentes”, explicó Oporto cuando anunció la fecha de defunción para el sistema de Escuela General Básica de nueve años y el Polimodal de tres, que serán reemplazados por sendos ciclos (primario y secundario) de seis años de duración cada uno, mecanismos tendientes a evitar la deserción y el fracaso escolares, y ciclos de especialización por áreas.
Debería constar en cada una de las bibliotecas los nombres de los responsables de aquella reforma maligna, inspirada en los peores sistemas escolares del planeta, para que todo el mundo sepa de quienes no volver a aceptar consejo alguno, porque es muy fácil decir que “Menem lo hizo” cuando en realidad fueron los cuadros de la pedagocracia peronista quienes urdieron lo que hoy Oporto declara muerto luego de haber agonizado durante años y después de haber sometido a un par de generaciones de estudiantes al desatino y la mediocridad.
El núcleo duro del plan Oporto (convalidado por el ministro de Educación de la Nación, Alberto Sileoni) consiste en distribuir los procesos de aprendizaje en dos ciclos de la misma duración, dotar a los colegios secundarios de autoridades con dedicación completa y fortalecer las comunidades mediante la formación de lazos entre docentes con mayor dedicación y alumnos más y mejor estimulados y orientados según sus intereses (escuela técnica, artes, ciencias, lenguas extranjeras, etc...).
Podrán discutirse ciertos detalles de la reforma una vez que el nuevo sistema haya sido puesto en marcha (permitir el recursado de materias sueltas adeudadas de años anteriores puede puede funcionar bien o mal, habrá que evaluarlo), pero sus líneas generales son por demás estimulantes.
En estos tiempos en los que nadie es capaz de imaginar sino su propia salvación, sorprende que haya funcionarios de la generosidad de Oporto y sus colaboradores, que se merecen bronces.
8 comentarios:
Me alegra poder leer en Linkillo un encomio a otra buena medida del Gobierno.
¿Será que, malas o mejores, las políticas de Estado son peronistas? Porque del aliancismo lo único que recuerdo es un incentivo que nunca se pagó y, si no me equivoco, la reducción de salarios. Y del Congreso Pedagógico alfonsinista no tengo el mejor de los (difusos) recuerdos.
Buenos o no tanto, estos seis años son el mejor período de la política democrática. Digámoslo. Bueno, en principio lo digo yo.
En estos tiempos en los que nadie es capaz de imaginar sino su propia salvación, sorprende que haya intelectuales de la generosidad de Daniel Link, que se merecen bronces.
¡Bronce para vos!
Si, fenómeno el tema de la vuelta al secundario. Yo siempre pensé que era mejor (aunque soy promoción 2004, o sea, polimodal). Pero yo sigo creyendo que la calidad de la educación también depende mucho de la exigencia que hay en las escuelas y los contenidos que dan los docentes. Y eso ya había decaído enormemente antes de que se impusiera el polimodal. Se pueden cambiar infinitamente los sistemas, pero el tema de fondo es que la educación media se tome en serio.
Conozco a Oporto y es la primera vez que escribo en tu blog para decir que hay un funcionario decente. Por fin "aniquiló" el desatino del bañero macrocéfalo y el gallo Anastasio...Durante esa gobernación infame llena de señoras que se llamaban manzaneras, se realizó una ficción de esolarizados: los que llegaban hasta 9no, cuando en realidad nunca llegaban o llegaban con exiguos conocimientos pero como el número de matriculados era altísimo, los créditos que pusieron en bancarrota a mi provincia, eran directamente prorporcionales a ese número perverso e inexacto.Se inauguraban escuelas que tenian PC pero no enchufes, los calefactores estaban ahi fruto de una licitación espúreas pero no había gas al que conectarlos y muchos docentes fueron "reconvertidos" (como si fueran moneda nacional), si dabas francés debías aprender algún ECI o dar clases de "estéticas contemporáneas" allí entraban Dalí,Althuser, Habermas y la Escuela de Constanza como en la bolsa de Lita de Lazzris entraban los tomates, el polvo pédico,la cera depilatoria y el Mein Kampf...
Todavía no se puede evaluar ese engendro infáme de los 90', es posible que tengamos muchos años de desastre y que tengamos que contratar profesionales españoles como cuando ellos después de esa ley tuvieron que contratar a los nuestros porque esa Ley Fecal, les dió resulatdos calamitosos.
Está bueno que haya Uno al menos al que no le tiembla el pulso y mucho mejor es que vos, Cicero querido, tengas la ecuanimidad para señalar aquello que está bien cuando sabemos que estas derivas te producen espanto.
Conozco a Oporto y es la primera vez que escribo en tu blog para decir que hay un funcionario decente. Por fin "aniquiló" el desatino del bañero macrocéfalo y el gallo Anastasio...Durante esa gobernación infame llena de señoras que se llamaban manzaneras, se realizó una ficción de esolarizados: los que llegaban hasta 9no, cuando en realidad nunca llegaban o llegaban con exiguos conocimientos pero como el número de matriculados era altísimo, los créditos que pusieron en bancarrota a mi provincia, eran directamente prorporcionales a ese número perverso e inexacto.Se inauguraban escuelas que tenian PC pero no enchufes, los calefactores estaban ahi fruto de una licitación espúreas pero no había gas al que conectarlos y muchos docentes fueron "reconvertidos" (como si fueran moneda nacional), si dabas francés debías aprender algún ECI o dar clases de "estéticas contemporáneas" allí entraban Dalí,Althuser, Habermas y la Escuela de Constanza como en la bolsa de Lita de Lazzris entraban los tomates, el polvo pédico,la cera depilatoria y el Mein Kampf...
Todavía no se puede evaluar ese engendro infáme de los 90', es posible que tengamos muchos años de desastre y que tengamos que contratar profesionales españoles como cuando ellos después de esa ley tuvieron que contratar a los nuestros porque esa Ley Fecal, les dió resulatdos calamitosos.
Está bueno que haya Uno al menos al que no le tiembla el pulso y mucho mejor es que vos, Cicero querido, tengas la ecuanimidad para señalar aquello que está bien cuando sabemos que estas derivas te producen espanto.
La verdad es que gente como Oporto nos pone frente a un dilema. Sabemos que el problema de la educación es estructural y no se va a solucionar cambiando el nombre del secundario, ni redistribuyendo a los docentes, ni simplemente repartiendo libros de literatura (10 para cada alumno a lo largo de la escuela secundaria, según prometió). Pero a esta altura de la historia... ¿seríamos capaces de sostener que es lo mismo que esto se haga o que no se haga? ¿podríamos decir que es lo mismo, incluso, que se prometa o no se prometa? Prometer esto, ¿no es acaso reconocer su importancia? Una cosa sí parece bastante estructural... la de prometer que habrá directivos tiempo completo, y que se intentará mediante los sueldos, que los docentes se comprometan con la escuela, con cada escuela, y no que sean los mejores abonados de cualquier bondi, bicicleta o autostop que pase por el establecimiento. Me queda un Ojh Alhá…
Perdón, Emma Funes, pero Oporto no es más que un producto acabado y orgulloso del manzanerismo, que aplaudo con pasión. Me parece que te equivocás fuerte. Es un peronista de vieja data, además. Contrariamente, la no manzanera académica y puanesca de Adriana Puigross lo único que hizo fue desastre.
Saludos.
Alfredo
Qué lástima que llegué bastante tarde al artículo, pero mirá, en esta dirección tenemos el curriculum de Oporto:
http://abc.gov.ar/lainstitucion/autoridades/CVDGCyE.cfm
donde puede verse que es un tipo que vivió (en los 90, en el 2000 y seguirá viviendo) de la función pública. Fue partícipe de (o implementó en silencio) la reforma menemista y ahora lo es de su aniquilamiento. Mañana será De Narváez o el subcomandante Marcos según los aires que corran. No creo que merezca un reconocimiento de nada.
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