Si yo consumiera pornografía (cosa para la que no tengo educación, ni paciencia ni sensibilidad: prefiero
las jineteadas que dan por ATC), pondría en primer término las películas de
Jean-Daniel Cadinot, el Balzac de la pornografía homosexual. De la soberbia
galería de los ¡414! protagonistas de las películas de Cadinot (pésimamente fotografiados, hay que aclararlo), elijo a Rodolphe de Marcy (que toca mi
raigambre bávara o tirolesa), uno de las estrellas de
Pension Complète (1988). Si me atrevo a sondear este oscurísimo mercado es porque puede significar una estupenda salida laboral para muchos muchachos argentinos, que, como no podría ser de otra manera, alcanzan holgadamente los estándares de
casting del francés: "Si conoces las películas de Cadinot, debes saber que no buscamos estereotipos. Más importante que tu apariencia, talla de pene o músculos, es tu poder de seducción y encanto natural. La única obligación, tener como mínimo 18 años, esto es imprescindible, y menos de 30 años o por lo menos aparentarlos". ¿Para cuándo, Cadinot, un
Pampa y tango? Las familias argentinas, agradecidas. Y los
fotógrafos, también.
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