En una remota playa de la costa atlántica, donde un grupo de esforzados ha decidido extender el verano hasta donde sea posible (es decir: hasta el domingo de pascuas) dos jóvenes se entretienen antes del almuerzo tomando una limonada de jarra y mirando, en la laptop, catálogos de pantalones (o zapatos).
De pronto, llega una mujer en su cincuentena, con un niño de entre cuatro o cinco años de la mano. Mira alrededor, como buscando sitio, y le dice a su pequeño acompañante (por cuyo futuro empezamos a temblar): "¡Mirá qué rico clericó!"
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Elsa Morante, 1965. “Pro e contro la bomba atomica”
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“Nuestra bomba es la flor, o sea, la expresión natural de nuestra sociedad
contemporánea, así como los diálogos de Platón lo son de la ciudad gr...
Hace 4 días.
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