Incluso, mirando los resultados, me di cuenta de que a su vicepresidente (el más cogible de los candidatos todos) no lo había visto nunca.
Ahora tengo miedo. Todos deberíamos temer: ¿y si Lilita decide retirarse de la escena pública y no hablar más por televisión? ¿Quién podrá ayudarnos en los momentos de desasosiego, quién nos devolverá la sonrisa que nos lleve al sueño feliz?
Propongo una campaña (no política, que para eso es tarde) sino humanitaria, para que la televisión pública ceda un espacio para la Sra. Carrió, El show de Lilita. Cualquier cosa, no sé, pero debe entenderse que la televisión argentina no puede prescindir de ella. Que lo pongan antes o después de 678 y acapararán premios en el rubro "Comedia".
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