El calor, que nos pone al borde del estallido mental, tiene sus ventajas, al menos para personas como yo, que acumulan más trabajo del que pueden realizar físicamente. Acabo de rechazar por correo electrónico una changuita que, en otro contexto, me habría interesado (en un posgrado virtual). Y, al mismo tiempo, la revisión técnica de un libro sobre Proust. Lo bueno del caso es que no tuve siquiera que pensarlo, con este sol.
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