Nos escribe Elena:
"A veces leo tu blog, otras no. Hoy lo leí y me encontré con dos artículos. Uno es Sigue el Corso. Dejando de lado cualquier sentimiento de repudio compartido hacia lo acontecido en Cromañón, y tomando el ejemplo de que los carnavales no se han cancelado... ¿qué cambia? ¿Seríamos todos mejores ciudadanos si operaramos desde el silencio y si convirtieramos la 'solidaridad' en hipocresia?"
En un punto, tiene razón Elena: no se trata de que nos sentemos en casa a mirar televisión en silencio. Tampoco apuntaba, yo, a eso, sino al hecho de que los corsos barriales forman parte de la política cultural de la ciudad de Buenos Aires y lo que está en crisis es toda la política de la ciudad (desde la rídiculas veredas anchas de Corrientes, pasando por los corsos hasta, naturalmente, la seguridad).
"El otro post, volviendo a la banalidad, es sobre american idol. Ese tipo sería el especimen latino
en N´sync, pero en fin... habrá que escucharlo. A mí me gustó la que canto una de Alicia K que no es de Alicia K"
No tengo, Elena, ningún interés en escuchar cantar a la criatura. Es más, lo mandaría a callar (para mí, lo único que tiene razón de ser en el pop son las "chicas que cantan").
Las tres gracias
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Mientras preparo un taller sobre el paso (siguiendo algunos motivos) de los
cuentos tradicionales, desde las lejanas cortes europeas a los libros que
hay...
Hace 2 semanas.
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