Diario de un televidente

Ya se sabe: En venta (The Block) muestra las viscitudes de cuatro parejas (una de ellas es una pareja de hombres: en Australia consideran que un 25 % es una representación adecuada de población homosexual) remodelando, cada una, un departamento en Sidney. Al final, los departamentos salen a remate y la pareja ganadora se queda con todo.
La primera temporada mostró la debilidad del show: los guiones son pobres, el montaje completamente caprichoso y ni siquiera alcanza a entenderse la distribución espacial de los departamentos. Ahora empezó la segunda temporada y lo único que ha mejorado es el casting, pródigo en caracteres simpáticos (excepción: a la pareja gay se agrega Jason, una musculoca tramposa y desagradable). Lo malo es enterarnos de que Dani (un trueno de 30 años, nacido en Líbano) y su mujer se van del programa:

"A greater problem, perhaps, was the fact that the Dani and Monique story - the media revelation of his drug conviction and their subsequent withdrawal from the show - played out in newspapers long before the show aired, so there was no suspense for viewers. Lyons also believes that viewers are reluctant to invest in a character they know is going to leave in three or four episodes."

Gente rara, los australianos: imaginar a Dani en la cárcel no hace sino delinear mejor su sex appeal (su actriz favorita: ¡Jodie Foster!; su programa favorito: Seinfeld, su cantante favorita: Kylie Minogue). Sin él, no sé qué gracia tendrá En venta (que ya terminó en Australia, con audiencias pobretonas). No publico foto de Dani (acá se ve su torso en el ángulo inferior derecho) porque a simple vista no aparece ninguna en la red y el tema no da para más: una nueva víctima de la moralina televisiva.