Es cierto que yo nunca (o casi nunca) tomé Rivotril. En cambio, no me abstuve de Diocam (si La ansiedad es mi ecología, el petit-mal me acechó desde pequeño y hasta hubo un médico que se atrevió a diagnosticar que yo jamás, jamás caminaría). Son dos designaciones diferentes para la misma droga, pero la segunda evoca, en mi ensueño filo-filosófico, a la navaja de Ockham.
(anterior)
Aleluyas matritenses: pasado, humor y grotesco
-
Hace un tiempo largo, me encontré en una casa ajena con este libraco
titulado *Aleluyas matritenses*, publicado en 1994 por el Museo Municipal
de Madrid....
Hace 7 horas.

2 comentarios:
No te enchivés, te quiero mucho. Yo no cambio lo que pienso. Ya sabés. Un abrazo.
Se cura con caramelos de anis media hora
Publicar un comentario