viernes, 6 de julio de 2007

Conversación

La forma es el lugar donde el presente aparece tensionado. En el teatro, los diálogos son pura forma: en relación con ellos no debe evaluarse una técnica determinada (si los diálogos son "ricos" o no, "profundos" o no, si funcionan con "naturalidad" o no), sino la realización histórica, en un momento determinado, de esa técnica. Una de las complicaciones que el teatro tiene para nosotros es la pérdida de especificidad de sus formas (pérdida de especificidad que se corresponde con un momento de realización histórica de la técnica): el diálogo tiende a confundirse con la conversación social. En el diálogo, locutores significativos pronuncian enunciados significativos en relación con un asunto, con una anécdota, con un relato. Todo el truco de la formalización ficcional (novelas, obras de teatro) pasa precisamente por eso. En cierto teatro en el cual se pretende disimular (o investigar) esa distancia entre diálogo y conversación social, el diálogo funciona como un corte de conversación: esta gente estaba conversando antes de que empezara la pieza y seguirá conversando una vez que la pieza termine. Puestos a conversar, lo que sucede con los personajes de estas obras es que tienden a matarse, a destruirse los unos a los otros. Con lo cual, lo que se plantea es si es posible la conversación social, un intercambio comunicativo no regulado, no económico, entre personas no marcadas jerárquicamente. El teatro trabaja en términos de la posibilidad o la imposibilidad de la conversación social, el único lazo discursivo legítimo para toda una cultura. Y el teatro contemporáneo viene de esos terrores: el terror a conversar o el terror a dejar de conversar (Beckett: porque los personajes están siempre al borde la afasia, lo único que puede sostenerlos como una entidad medianamente reconocible en el universo es no dejar de decir algo, cualquier cosa). Todo el teatro contemporáneo vendría de alguno de esos dos grandes terrores. De ahí, probablemente, el papel importante que el silencio tiene en este tipo de teatro. Por un lado, un papel estructural, cuando revela algo que el lenguaje no puede revelar (Pinter, Brecht) o un papel más crítico, que interroga la noción misma de comunicación social o la declara imposible (Beckett). Este teatro pone en crisis nociones como la cultura en tanto universo dialógico o el arte como práctica expresiva.

(anterior)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Podríamos ir terminándola un poco con la obrita de teatro que escribiste? No aguanto ningún post más referido a ese asunto. Basta!

F. dijo...

O hacé otra obra

o una peli

o la bandita electropop

yo creo que re da.

(igual, a mí me cabe el diario del dramaturgo)i