jueves, 29 de octubre de 2009

¡Negro de mierda!

Sí, hoy lo dije: "negro de mierda". Tenía razón, estaba en mi derecho.
Habíamos comprado un bello farol, para hacernos la ilusión de que estábamos paseando por el Tiergarten. Al atornillarlo a su base, dañamos levemente la pintura inmaculada de fábrica. Fui a la pinturería del barrio (acá nomás, apenas empieza el asfalto) y pedí lo que me parecía que correspondía: negro satinado. Con cuatro pinceladas me arreglaba, pero me vi obligado a comprar medio litro. Repinté la base del bello farol. Cuando secó, el negro era más opaco que la gestión de gobierno de Macri (¿qué fue de la paralítica, a todo esto?).
Indignado, me fui a otra pinturería, que juzgué más seria en sus procesos de catalogación (y donde he gastado dinerales en sucesivos veranos de inspiración pictórica). Pedí negro satinado. Me dieron otro medio litro. Me apresuré a tapar el negro mate, porque supuse que de ese modo la ira se me aplacaría. Hacía calor, pero lo hice igual, con los 32 grados de temperatura taladrándome la nuca.
No se secaba, curiosamente, el esmalte. Creía yo que no se secaba, porque brillaba. Lo toqué y estaba seco. No era negro satinado, sino negro brillante. Ebrio de cólera, busqué la primera pintura y mezclé idénticas cantidades de mate y de brillante, para obtener la pátina satinada que pretendía. No hubo caso: quedó un negro de mierda.

12 comentarios:

El Conurbano dijo...

¡Pero quién no se ha llevado una decepción con un negro alguna vez!

Por favor, que tanto lío che...

Mari Pops dijo...

my soul mate!
una vez a la quinta de ir y volver con colores de la ferreteria termine abriendo... are you ready???? un esmalte de unias y mezclandolo en el medio litro

vuelta y vuelta dijo...

daniel, qué humor negro...
(posta, malísimo)

FeroH dijo...

Juax :S :S =(

Anónimo dijo...

estas son cuuuuusas de geis

Ezequiel M. dijo...

Me pregunto cual será el negro de mierda de alma, si el mate o el brillante.

F. dijo...

a mí me gusta un negro.

Linkillo: cosas mías dijo...

Ferko: como decía Felisberto, "quién no ha acariciado una Media Ilusión".

oiré tu puterío dijo...

Yo a ese color lo tenía como "negro choto".

Anónimo dijo...

En serio...Dónde está la paralítica?

Cata dijo...

Desde Paris, habiendo trabajado en "marketing développement international chez Yves Saint Laurent Beauté" me lamento: "qué jefe de producto se perdió la industria del lujo francesa!"
Hay personas que hacen de la distinción entre satinado, brillante y opaco una profesión en las casas más prestigiosas de haute couture de la capital francesa.

Admito que no soy de esas talentosas, tengo una dificultad para percibir la sutil y gradual diferencia entre satinado y brillante. Yo también te hubiese vendido el negro de mierda.
Digamos que esas diferencias son a la industria del lujo parisina lo que "resignificación, instancia de recepción y sectores subalternos" son a ciertas teorías de la comunicación. C'est à dire, conceptos claves.

Recuerdo las clases del Sr. DL en la 201. Allí, micrófono en mano, también expresaba su sensibilidad cromática al defenestrar el look de las chicas que se iban antes de que terminara el teórico. Después de eso, nadie despegaba sus nalgas del piso o de las sillas hasta que terminara el teórico.

Anónimo dijo...

JAJAJ XDDDDDDDDDDDDDDD!