viernes, 31 de marzo de 2006

Testimonio

Qué sé yo.

Testimonio, experiencia y subjetividad

Asediado en los últimos años por la historiografía y la teoría del discurso, el testimonio no ha dejado de brindar pruebas de su resistencia a toda forma de reduccionismo. Si es verdad, como ha sugerido Annette Wieviorka, que vivimos en "la era del testigo", sólo podríamos entender aquello que da el tono de la época asociado a una forma de la imaginación, a una ética y a una concepción específica del sujeto (es decir de la historia). El testimonio y el testigo son el indicio de una falla y un resto, el intento (tal vez desesperado) de inscribir el propio cuerpo en relación con todo lo que existe.
Además de señalar que "la guerra de 1914-1918 marca el comienzo del testimonio de masas" [1], Annette Wieviorka interpreta el juicio de Adolf Eichmann (Jerusalem, abril de 1961) como un punto de inflexión a propósito de la construcción de la memoria de la Shoah y su relación con procesos identitarios. Concebido como exemplum historiográfico, el juicio contra Eichman habría hecho de la memoria del genocidio un elemento fundador de la identidad judía e, incluso, habría puesto a la Shoah en el lugar de uno de los relatos fundacionales de Israel.
Como se recordará, el abogado representante de la acusación (Gideon Hauser) decidió apartarse de la lección de Nüremberg (oportunidad en la que el peso de la prueba había descansado sobre todo en lo escrito) y basó su caso en los testimonios de las víctimas (sobrevivientes, "testigos").
Incluso sus interrogatorios usaron la estrategia de la remisión a "la memoria". Como en muchas ocasiones a lo largo de su deposición Eichmann habría consultado documentos antes de dar una respuesta, Hauser se impacienta y lo interpela:


Fiscal.-Por una vez, ¿es posible hablar sin la ayuda de los documentos, y apelar a su memoria? ¿Es imposible?

A. Eichmann.- Pero yo querría explicarlo, porque...

Fiscal.- Sin explicaciones[2]


La operación de Hauser (que hay que entender en en el contexto de una determinada forma de la imaginación) habría liberado, según Wieviorka, las palabras de las víctimas generando, al mismo tiempo que un relato nacionalitario fundacional, una demanda universal de testimonio.

El texto completo de Daniel Link, leído en las Jornadas "El relato testimonial, entre la verdad y la representación" (Rosario: 29 de marzo de 2006) puede leerse acá.


[1] Wieviorka, Annette. L'ère du tèmoin. París, Plon, 1998

[2] Brauman, Rony y Sivan,Eyal. Elogio de la desobediencia. (guión de la película Un especialista. El juicio de Eichmann en Jerusalén). México, FCE, 2000, pág. 110-111.



No hay comentarios.: