martes, 22 de abril de 2008

Culturas

Los angelinos manejan mal, los sanfranciscanos manejan bien. ¿A qué se debe la diferencia? Naturalmente, a la influencia de los beatniks, del hippismo. San Francisco vive a la sombra de un pasado de drogas alucinógenas y las reglas de tránsito han sido concebidas desde (por y para) la marihuana. En Los Ángeles, en cambio, todo es muy blanco, polvo de estrellas, Tarantino.

8 comentarios:

Mariano dijo...

Curiosa observación. Quiero visitar San Francisco.

Daniel, ¿vio algo de Koji Wakamatsu en el BAFICI?

saludos.

Pablo Miravent dijo...

¿Y vos que clase de conductor/consumidor te considerás?

Emma Funes dijo...

Brillante, como el polvo de estrellas.
Howl!!!!!!!!

girlontape dijo...

hmmmm....interesante analisis. Para mi que en Hell-A manejan mal xq se quedan atrapados horas y horas en autopistas sinfin y se sacan. En Frisco en cambio, como ahí no vive casi nadie, todo fluye y la gente se queda tranki.

Linkillo: cosas mías dijo...

Pablo: yo conduzco muy bien, pero a la Argentina. Me gustó más conducir en San Francisco que en Los Ángeles.
girl: pero es que el tránsito no es fluido en Frisco, todo lo contrario: ese stop en cada esquina anula toda fluidez posible. A Pola no pude verla, a pesar de que hicimos miles de planes. Mucho rock, ella; mucho Berkeley, yo.
Mariano: no veo películas en el BAFICI. ¿Es una recomendación?

Anónimo dijo...

Creo que el gentilicio es "losangelinos", o sea que habría que decir "Los losangelinos...", como si el auto corcoveara al arrancar.

Los Angeles es una ciudad que no se diseñó mucho, sino que se acumuló, o sea, se fue agregando de a cachos, y así terminó, una dispersión. El abandono de cualquier intento de armar una red de transporte público sensato dio paso a las autopistas DENTRO de la ciudad y de ahí a lo que conocemos, semaforitos hasta para subirte a la autopista en las horas pico.

La parsimonia insufrible de San Francisco, como si cada esquina fuera una oportunidad zen, la hace insoportable para manejar también. Y el infierno no termina cuando uno decide bajarse del auto, en la mayoría de los casos conseguir estacionamiento es otra tortura. Y no se consigue escapar del tedio a partir del transporte público, el MUNI es lento, no llega nunca, y es insuficiente.

Viví dos años en San Francisco. Me gusta mucho como ciudad pero está muy sobrevalorada. A lo ya mencionado (red de transporte famélica, taxis inencontrables, necesidad de tener auto pero imposibilidad de estacionarlo, etc) se agrega su cocina mediocre (el new cuisine minimalista es un torre), su casi ausencia total de vida nocturna interesante (gay, la otra no la conozco) y que se trata, en muchos aspectos de un páramo cultural (salvo que seas surfer o tengas una bandita punk o quieras probar orgías o falopas). Sus cines son o pochocleros o revivals de Bette Davis, sus museos de arte moderno tienen muestras que duran 6 meses y no son particularmente interesantes. Sí, con esto quedé como un burgués, lo sé. Lo que sí tiene es cultura de librerías y editoriales independientes (McSweeney es lo más), pero el resto, si te quedás más de dos semanas, conspira contra un disfrute prolongado, siempre que no termines cayendo en hacer algo "outdoors" (surf, hiking, el hot tub en la terraza) como actividad fundamental.

Go west, pero después rajá para el East.

Anónimo dijo...

Errata: Daniel está en lo correcto, se dice "angelinos", no "los angelinos". Eso me pasa por hacerme el sabelotodo, je.

Arqueck dijo...

Parece que la cocaina es mejor para conducir que la marihuana, entonces.

No me suena descabellado.