jueves, 15 de abril de 2010

Ejercicios espirituales

En la presentación de su último ejercicio audiovisual, Apuntes para una biografía imaginaria, Edgardo Cozarinsky se corrigió y dijo que su trabajo, al que se resistía a llamarle "película" (con justa causa), no era propiamente íntimo, sino clandestino, y ningún otro adjetivo podría cuadrarle tan bien como ése, porque Apuntes para una biografía imaginaria parece hecho desde el mismo lugar (la emboscadura) que Ernst Jünger, el protagonista de esa otra gran película de Cozarinsky, La guerra de un solo hombre, había definido como el único posible para tiempos como los suyos (y los nuestros).
Apuntes para una biografía imaginaria está hecha (como otros monumentos postcinematográficos: Hurlements en faveur de Sade o Histoire(s) du cinéma) con restos. Pero a diferencia de esas películas, Cozarinsky (que admitirá una de ellas, y otra no, al lado de su nombre) asume hasta las últimas consecuencias que en nuestro tiempo todos nos descubrimos en situación de resto.
No se trata, aquí, de la recuperación de desperdicios de otros films (secuencias que sobraron, o que pueden resignificarse en otro contexto), un footage guardado con manía de coleccionista, no. Porque Cozarinsky presenta sus Apuntes (deliberadamente articulados en una espiral temporal que avanza y retrocede) no como cosa del pasado, no como unos recuerdos o testimonios que habría que salvar de no sabe bien qué olvido, sino casi como un tipo de vacación sabática: la suspensión del tiempo y de la actividad; no el trabajo, sino la inoperatividad y la descreación.
La situación de resto en la que Cozarinsky se pone y nos pone (como espectadores de su no-película, de su ejercicio postcinematográfico -sé que, en este contexto, la palabra "vanguardia" no serviría para nada) es, naturalmente, la de la inminencia y el llamado: Apuntes para una biografía imaginaria es el tiempo presente que llega después del último día, un tiempo en el cual nada puede suceder porque el novísimo está todavía en curso. He ahí la tensión temporal de una inminencia. Y en cuanto al llamado: ¿no es lo que han sido forzados a interpretar esos amores constantes de la cámara de Cozarinsky? Lo que ellos escuchan, y a lo que reaccionan (mejor o peor) es una musiquita, una musiquita que es todo el secreto de la película, lo que establece su cohesión interna y por la que danzan no tanto las rememoraciones sino las imaginaciones (¿qué piensa? ¿por qué llora?). Que ya no hay cine (al menos en su versión "cinematográfica"), Cozarinsky lo sabe y lo demuestra con estos Apuntes, no íntimos, sino clandestinos (como quien dijera: maniobras tácticas que conviene que no se conozcan). No una película, sino un ejercicio de esa clase que sirven para desarrollar una ascesis: un ejercicio espiritual.
Nada hay de pasado en estos Apuntes, porque la única temporalidad que reconocen es la del presente contínuo. Y, por eso, no hay propiamente cineasta, detrás de este ejercicio, sino un superviviente, un escritor sin destinatario, un poeta sin pueblo. Son ésas, creo, algunas de las razones que hacen de Apuntes para una biografía imaginaria una "obra maestra" postcinematográfica. Hasta ahora no ha habido muchas. No creo que haya muchas más con la intensidad que Cozarinsky supo imprimirle a la suya.

2 comentarios:

vanguardiaytradicion dijo...

pocas veces se usa un género (biografía en este caso) desplazándolo de su materia básica, más o menos, el recuento de un pasado. Quizá el resto, como bien decís, Daniel, se inscriba en el goce innato por materializar la vida, es decir, el presente (presente como hoy, presente como don). Gracias por el texto. Y al maestro, por su obra.

Rodolfo Plata dijo...

LA PAIDEÍA DE CRISTO: La cuaresma es tiempo de meditación, ejercicios espirituales y rectificación: __La paideía griega tenía como propósito educar a la juventud en la virtud mediante la práctica continua de ejercicios espirituales. El educador, más que informar trataba de prevenir y curar las enfermedades del alma, motivando a los participantes a ejercitarse en la virtud mediante discusión de casos y ejemplos prácticos de los diferentes aspectos o categorías axiológicas. La vida, ejemplo y enseñanzas de Cristo coincide cien por ciento con el currículo de la filosofía griega como educación para la sabiduría (cuidado de la verdad), cura del alma (nociones de espiritualidad, cultivo de sí), y el objetivo de la paideía griega (transformar a sus seguidores). Y por su autentico valor pedagógico, el apóstol Felipe (Evangelio Apócrifo) introdujo en el pueblo griego la paideía de Cristo, posteriormente enriquecida por San Basilio, San Gregorio, San Agustín y San Clemente de Alejandría, con el currículo y la metodología de los filósofos greco romanos (Aristóteles, Cicerón, Diógenes, Platón, Séneca, Sócrates, Marco Aurelio,,,) necesarios para inducir transformaciones buenas y convenientes para si mismo y la sociedad practicando las virtudes opuestas a los defectos encontrados en el fondo del alma a fin de adquirir el perfil de humanidad perfecta (cero defectos)__ Meta que no se ha logrado debido a que el Antiguo Testamento y su teología fantástica, al apartar la fe de la razón, castra mentalmente a sus seguidores, extraviándolos de la paideía de Cristo al desviarlos hacia la ecumene abrahámiaca que conduce al precipicio de la perdición eterna (muerte espiritual). Es tiempo de rectificar y retomar la paideía de Cristo sin judaísmo, separando el Antiguo Testamento de nuestra fe, que ha impedido a los cristianos alcanzar la trascendencia humana patente en Cristo y la sociedad perfecta (reino de Dios). Pierre Hadot: Ejercicios Espirituales y Filosofía Antigua. Editorial Siruela. http://www.scribd.com/doc/33094675/BREVE-JUICIO-SUMARIO-AL-JUDEO-CRISTIANISMO-EN-DEFENSA-DEL-ESTADO-LA-IGLESIA-Y-LA-SOCIEDAD