martes, 20 de abril de 2010

Chorra paqueta

Como cualquier snob que se precie de tal sabe, el arquitecto Norman Foster construye un edificio en Buenos Aires, obra considerablemente retrasada por la crisis internacional.
Para una interiorización sobre el proyecto, un grupo de avisad@s de Buenos Aires fue invitado a Londres para conversar con el arquitecto en su mismo estudio, sito en el consolador gigante, tan emblemático de la ciudad.
Cuando el contingente ya se retiraba en la preciosa van que les habían alquilado, quien coordinaba el encuentro recibió un llamado perentorio del mismísimo Premio Príncipe de Asturias, que decía: "una persona de tu comitiva se robó un portfolio de mi estudio".
No se pudo negar nada. Allí, sobre el escritorio, estaban las fotografías de las cámaras de seguridad que mostraban los hechos: "Aquí agarra el portfolio, aquí lo guarda en una bolsa de Harrods, aquí se lo está llevando".
Demudada, la persona responsable de haber introducido una forma tan baja de criminalidad (y tan estúpida) en el estudio de la estrella arquitectónica del momento, ideó su mini Misión Imposible: robó la llave de la habitación del hotel de la fotografiada, encontró el portfolio y lo devolvió sin pronunciar acusación alguna.
Es así: la chorra paqueta no reconoce fronteras.

(anterior)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Es ELLA? ¿La MISMA DE SIEMPRE? Nada la detiene... ni la triple papada ni la cara ya trapezoidal... La zorra no pierde las mañanas...

Un simple arqueólogo urbano dijo...

no no no ya quiero más crónicas de la chorra paqueta por favaaaaar!