lunes, 26 de agosto de 2013

Preguntan si...

Los fabulosos relatos de Las mil y una noches según Daniel Link

por Ivana Romero para Tiempo Argentino

Quien tenga deseos de leer sobre genios maléficos, hechizos de amor, aventuras de viaje, ladrones y amantes, que abra este libro. Quien decida asomarse a la historia de todas las historias, pero teme a los libros gordos y llenos de letras chiquitas, puede empezar por acá. Porque en Flores de las mil y una noches encontrará una selección de esos relatos antiguos, venidos de Oriente medio, con los que la princesa Scheherezade encantó al rey Schahriar para salvar su vida. Con textos de Daniel Link, dibujos de Julián Gatto y edición al cuidado de la editorial independiente Planta, esta versión de Las mil y una noches se presenta hoy a las 17 en la Galería Ruby, de Colegiales.
Link dice que sí, que el título del libro evoca a Pier Paolo Passolini, quien en 1974 estrenó Il fiore delle Mille e una notte. Para escribir su versión, leyó algunas traducciones más o menos canónicas y finalmente decidió seguir la edición del poeta y traductor francés Joseph Mardrus (1898-1904) en la versión castellana de Vicente Blasco Ibáñez. "Naturalmente, tuve que llevar los relatos a su mínima expresión con dos condiciones. Por un lado, respetar el sistema de encajamientos propio de Las mil y una noches (una historia dentro de otra, dentro de otra, es decir: Scheherezade cuenta que un pescador contó que había encontrado a un efrit que a la vez le contó... y así sucesivamente). Y por otro, preservar ciertos usos del lenguaje que sirven para separar una jornada de otra”, explica.
“Decidimos con Luciana Delfabro, la editora, no atenernos al canon tradicional de Las mil y una noches que originariamente no incluyen los viajes de Simbad, ni, probablemente, "Alí Babá y los cuarenta ladrones" e incorporar las historias que se relacionan con ese libro milenario e infinito. También nos propusimos que hubiera la mayor variedad de personajes y de relatos posibles: historias amorosas, genios maléficos, monstruos, visires ávidos de poder, y todo lo que constituye el encanto más reconocible del original. Muchas son truculentas pero nos pareció que no debíamos obviarlas porque hacerlo hubiese sido traicionar el espíritu del libro de los libros”, agrega.
Luciana Delfabro creó Planta hace cinco años. El primer libro que publicó fue Éramos tres amigos, relatos para chicos escritos por Héctor Germán Oesterheld. Ese texto, al igual que Las siete puertas de Sara Gallardo; El contador de cuentos, de Saki o Rita viaja al cosmos con Mariano, de Fabián Casas forman parte de la colección Mis autores destinada en especial al público infantil. Flores de las mil y una noches corresponde a la colección Recién ahora pensada para un público de jóvenes y adultos. Sin embargo, advierte la editora, el tema de a qué edad se debe leer qué cosa es, por lo menos, vidrioso: "Los libros tienen que especificar a qué edad van dirigidos por las exigencias del mercado. Pero en qué momento cada persona está en sintonía para leer un libro, es algo muy incierto. Eso es algo que a mí me gusta mucho pensar: los buenos libros que se dicen para chicos son los más universales. Porque pueden ser leídos y disfrutados absolutamente por todos."
Una de las singularidades de los libros de Planta es que los dibujos tienen igual importancia que los textos. Por ejemplo, para ilustrar Traveseando (un rescate de cuentos escritos por Ricardo Zelarayán a comienzos de los ochenta, que no se habían vuelto a editar desde entonces), fue convocada Guillermina Baiguera. Y en vez de dibujos convencionales, trabajó con bordados que ella misma realizó a mano.
En el caso de Flores de las mil y una noches, las ilustraciones estuvieron a cargo de Julián Gatto, graduado en The Cooper Union School of Art de Nueva York (una de las universidades más prestigiosas de Estados Unidos). Este es su primer libro ilustrado y para hacerlo, se inspiró en antiguos maestros persas como Kamal ud-Din Bizhad. "Pude ver muchos originales en algunos museos y realmente me impresionó el nivel de detalle que tienen esos trabajos. Casi toda la tradición pictórica persa que nos llega son ilustraciones para libros porque no tienen 'pintura' en el sentido occidental del término, hasta el siglo XIX. Entonces las escalas del trabajo son siempre bastante chicas y no siempre se pueden apreciar los detalles mínimos", cuenta.
"O sea, al principio ves una escena con unos personajes y de a poco vas notando cómo todo está hecho con el mismo nivel de precisión, desde una cara y los pelos de la ceja en esa cara hasta la hoja de pasto al lado del pie. Es como un dibujo adentro de un dibujo adentro de un dibujo, una estructura que tiene mucho que ver con las historias que ilustré." Gatto trabajó con tramas basadas en hexágonos. A la vez el número seis, explica, tiene una simbología muy fuerte porque representa la cantidad de días que tardó Allâh en hacer el mundo. "Algo que para nosotros tiene un valor más bien decorativo, para los árabes siempre tuvo otro tipo de connotación. Así que no se trata sólo de hacer ilustraciones bellas sino de entender una cosmogonía, una forma de ver y entender el mundo distinta de la occidental."
Dibujante y escritor asumieron los desafíos de versionar un libro extenso, antiquísimo (las historias están ambientadas desde el siglo XI en adelante). Cuando se le pregunta a Link sobre el lector que imaginó, responde: "¿Pensó alguien alguna vez en el lector de Las mil y una noches a medida que el libro se armaba? La única que piensa en la audiencia es Scheherezade, y eso porque su vida depende de su capacidad para narrar y mantener el interés del rey. Luego, el libro es para niños... grandes, diría; que pueden leer solos y dejar volar su imaginación sin riesgo, capaces de buscar en un diccionario las palabras que no entienden y las costumbres desconocidas ¿iba yo a escribir 'Dios' allí donde el libro escribe 'Allâh', o 'David' donde se lee 'Daud'?"
"No me gusta la literatura que les devuelve a los chicos lo mismo que encuentran en su vida cotidiana. O sea: pienso, como lectores ideales de Las mil y una noches (mi versión o el libro entero), en chicos para quienes la lectura es una fuga o un rapto", dice el escritor.
Finalmente, como quien revela un secreto antes de que el alba selle sus labios hasta la noche siguiente, agrega: "No hace falta que diga más: pienso en mí mismo, como lector". 


1 comentario:

Anónimo dijo...

Linkillo: va en el enlace un diablillo,

http://www.argentina.ar/temas/ciencia-y-tecnologia/21475-fisico-cordobes-asegura-haber-logrado-retroceder-el-tiempo#.Uh0GFNOzbv0.facebook,

que estés bien!
M