Hoy, en Clarín, anuncian una "nueva televisión". El anuncio me decepciona porque lo que allí se cuenta es cómo la "vieja televisión" aparece, ahora, distribuida por Internet. Poco cambio, teniendo en cuenta la verdadera "revolución televisiva" que, a lo largo de 2007, ha venido produciéndose, y que tiene que ver no tanto con la posibilidad de acceder a lo mismo (MTV, National Geographic, Sports Illustrated, etc...) a través de la computadora, sino con el acceso, al alcance de cualquiera, de los programas que uno quiera ver, para verlos como quiera y cuando quiera.
Repaso nuestros consumos televisivos de este año (todos ellos sin publicidad y en sesiones maratónicas cuya duración variable depende sólo del deseo y del cansancio):
1. Tercera temporada de Lost, completada hace un mes o dos. Imposible comentar los pormenores con quienes la siguen semanalmente por TV porque se ponen como locos. El final, hay que decirlo, da miedo.
2. Primera temporada de Heroes, completada hace un mes. La serie está realizada según los nuevos criterios que impuso Lost para la ficción televisiva (desarrollo morosísimo de la intriga, casting internacional, infinidad de personajes y de historias secundarias). Aburridísima al principio, la serie mejora a partir del capítulo 4 y después vuelve a caer en pozos de tedio.
3. Segunda temporada de Doctor Who completa, y tercera en curso. Por alguna misteriosa razón, los canales de cable dejaron de emitir la encantadora remake de una de las mejores series de ciencia ficción de todos los tiempos. Una pena, porque la segunda temporada de lo que se consigue como "Doctor Who 2005" en los buscadores es excelentísima (los guiones, preciosos; y la producción, impecable). La tercera decae un poco, tal vez por el cambio del personaje femenino o tal vez por agotamiento de la fórmula, vaya uno a saber, pero es prematuro para pronunciarse.
4. Primera temporada completa de Dresden Files, una porquería soporífera que siempre, siempre me hizo dormir. Mezcla poco interesante de Buffy y Charmed, con ese típico más allá burocratizado que a nadie puede resultar interesante.
5. Primera temporada completa de Eureka, otra porquería que parecía mucho más interesante en el piloto que en los capítulos posteriores, todos ellos idénticos y previsibles. Problemas en un pueblo habitado sólo por genios que trabajan en proyectos de altísima tecnología. Producción miserable y casting alarmantemente rutinario.
6. Los Tudor, de la que no sé si es una miniserie o una serie. La producción es cuidada, el casting está muy bien y, si bien la ambientación histórica convoca todas las mariconerías del caso, se deja ver con placer y el encanto adicional (muy útil para la mala conciencia) de estar aprendiendo detalles sobre la historia.
7. Algunas cosas sueltas que no recuerdo cómo se llaman y sin otro valor que la triste circunstancia de haberlas visto, mientras esperamos la aparición on line de la segunda temporada de Roma.
8. Muchas películas (la impecable Host, entre ellas).
La mayoría de todas esas series están en versiones de alta definición, en formatos nuevos que bajan muy rápidamente y, por supuesto, sin la peste publicitaria que alarga la duración estándar de los capítulos (40 minutos). Cada dos capítulos vistos, uno ha ahorrado el tiempo para ver otro.
Esta nueva forma de televisión que estamos experimentando es muy dúctil pero exige exploraciones previas para ver qué están dando, y dónde, y decidir en consecuencia qué bajar (como si de una videoteca se tratara). Una vez resueltos estos detalles, sólo resta esperar que los capítulos lleguen a la computadora, bajarlos a un disco, y proyectarlos. No se trata de consumir programas por las vías tradicionales (canales, gerencias de programación), sino dejándose llevar por los rumores que aquí y allí se escuchan. Cada uno arma su propia selección de rutinas televisivas.
Las empresas proveedoras de servicio telefónico, alertadas del negocio potencial que se están perdiendo, están trabajando en sistemas de distribución de programas por catálogo que lanzarán próximamente.
Pero de eso, Clarín no dice nada.
Las tres gracias
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Mientras preparo un taller sobre el paso (siguiendo algunos motivos) de los
cuentos tradicionales, desde las lejanas cortes europeas a los libros que
hay...
Hace 2 semanas.
6 comentarios:
Prison Break es el nuevo Lost y la primera temporada se consigue en DVD. Michael Scofield de PB sería un rival mucho más digno para "Henry" que el hipersensible Jack y su paletita de ping-pong.
NO, EN SERIO! Es criminal ventilar esto.
Ya lo spoileó clarín, pero había un código implícito: esos links NO se compartían. CON NADIE. Era un acuerdo tácito entre los pocos que los consumíamos para no saturar los servidores. Por qué duran tan poco los secretos!!!!
Borrá este post antes de que sea demasiado tarde!
No soy nada sin mis series.
Vi las tres temporadas de "Lost" en un par de meses, cuanto mucho. No es excelentísima, pero que atrapa atrapa. (Después, como para bancar el bajón de abstinencia, me puse a leer los cinco volúmenes de "El mundo dle río", que tiene ciertas características bastante similares a "Lost".) Y a "Host" la fui a ver al cine y garpó, y garpó y sigue garpando. Creo que en cualquier momento repito.
De lo demás ni me enteré. Y creo que salí ganando con la ignorancia.
ferko, es todo lo contrario: en las redes, compartir es la forma de mantener la red y hacerla crecer.
Tudors tiene todas las trazas de miniserie pero resultó ser una serie, ya está contratada la segunda temporada y están trabajando en la producción.
Daniel, te recomiendo que cuando puedas te bajes la serie inglesa The Mighty Boosh, es increíblemente buena.
SAludos!
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