por Alejandro Duchini para LA GACETA
El 25 de marzo de 1977, un día después de hacer pública su Carta abierta a la Junta militar, fue emboscado y secuestrado por un grupo de tareas. Dejó algunos de los textos más influyentes de la literatura y el periodismo argentinos. Inventó un nuevo género, patentado años más tarde por Truman Capote. Los cruces entre ficción, no ficción y política en sus escritos generan abordajes muy distintos. Aquí repasamos el derrotero del autor y de su obra, con la opinión de algunos de los mayores especialistas.
(...)
“La primera vez que vi un libro de Walsh, paradójicamente, era un libro
que yo estaba editando. Corría el año 1983, en Ediciones de la Flor,
cuando Daniel Divinsky se aprestaba a reeditar toda la obra de Walsh,
que estuvo prohibida durante la dictadura. Antes, sólo referencias vagas
a Walsh y su Carta abierta me habían llegado. Pero sólo en 1983, como
tantos otros jóvenes, pude leerlo. Y la casualidad quería que fuera ése
mi primer trabajo de envergadura en el mundo editorial: supervisar la
reedición de Operación masacre. Y luego los magistrales cuentos de
Walsh, que conocí primero por la edición mexicana de su Obra literaria y
luego por las reediciones que Ediciones de la Flor fue realizando. Por
supuesto, en 1984 ya estaba enseñando los cuentos de Walsh en la
Facultad de Filosofía y Letras. Mi segunda publicación importante fue un
artículo sobre Walsh que me pidió Eduardo Rinesi en 1988 para
Graffitti, la revista que dirigía en Rosario. De modo que me resultó
lógico que hacia mediados de los 90, cuando ya había decidido abandonar
un proyecto de doctorado organizado alrededor de la obra de Walsh, se me
ofreciera la posibilidad de editar la obra periodística, y luego el
Diario de Walsh. Un Diario de escritor. ¿Puede haber manjar más
suculento? Pensaba en Kafka, pensaba en Thomas Mann, pensaba en Peter
Handke, pensaba inclusive en Katherine Mansfield. Los demás
especialistas en Rodolfo Walsh también habían notado la necesidad de
establecer, palabra por palabra, una obra saqueada, mutilada y yo tenía
ahora, ahí delante, los manuscritos del Diario de Walsh. ‘Es como el
diario de un adicto, y esa adicción es la literatura’, dijo Ricardo
Piglia cuando leyó la versión original”, recuerda a LA GACETA Daniel
Link, quien al cierre de esta charla realizaba su Clase magistral
Rodolfo Walsh: inteligencia de izquierda, en el marco del Ciclo de
letras 2017, en el Centro Cultural San Martín. El encuentro fue uno de
los tantos homenajes que se realizan este año en honor a Walsh. Entre
otros, se destaca la Muestra Rodolfo Walsh en la Biblioteca Nacional, a
partir del 28 de marzo.
(...)
Vittorio Sereni, de "Diario de Argelia".
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No saben que están muertos
los muertos como nosotros,
no tienen paz.
Obstinados repiten la vida
se dicen palabras de bondad
releen en el cielo los vie...
Hace 21 horas.
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