jueves, 8 de noviembre de 2007

Saudades

Soy de esas personas que a la semana de haber salido de su casa ya quieren volverse. Soy una planta de invernadero, o un ejemplar en extinción que no puede vivir fuera de una ecología sumamente controlada. No es que no me guste viajar, pero me gusta instalarme a donde vaya," hacer casa", y de todos modos, ese remedo de sedentarismo me resulta insuficiente.
A Norma Lazo, una encantadora escritora mexicana con quien compartí mesa redonda, le dio un ataque de asma apenas llegó a Oaxaca (¡a ella, que vive en la contaminadísima Ciudad de México!). Simpaticé instantáneamente con su dulce melancolía y en las comidas en común ya estábamos hablando de lo mucho que extrañábamos a nuestras gatas: ella a Mathilda, yo a Tita y Cartulina. Norma me reprochó, después de mostrarme las fotos que llevaba en su celular, que no tuviera yo conmigo las de mis gatas. Culpable, escribo para ella esta entrada.
Norma acaba de ganar un premio por una novela (El dolor es un triángulo equilátero) que leeré en cuanto pueda. Además, ha investigado crímenes pasionales famosos en México. El horror es su tema. Le comento que una amiga mía ha escrito una biografía novelada sobre El petiso orejudo, y me dice que conoce a ese criminal.
Hago casa: transfiero amistades de allá a acá. Pero Norma ya se volvió a México y, con ella, mis ganas de quedarme en Oaxaca.

3 comentarios:

Eu dijo...

Supongo que también extrañarás a tus queridísimos hijos! Y espero que más que a tus gatas.
Beijao.

Linkillo: cosas mías dijo...

Euge: a mis hijos los extraño menos porque los tengo siempre presente y les escribo y les mando fotos y videos cuando viajo. A las gatas, pobres tontas, no hay manera de hacerles entender eso. Por eso mearon mis valijas en cuanto regresé... ¿Sabías que volví? Besos

Eu dijo...

Te adoro!!! ¿Sabías, no?
Pobre Cartulina, es su única manera de demostrar que no le gusta nada que te vayas (nosotros, lo entendemos).
Beso grande.
E.-