jueves, 31 de mayo de 2007

Pasivas fascistas quejosas mentirosas

Con respecto a las legislaciones vigentes, la mayoría de las provincias cuenta con una ley antitabaco. Sólo en Tucumán, Santa Fe y Córdoba existen los ambientes públicos ciento por ciento libres de humo. Resta el tratamiento en el Congreso de la ley nacional aún. En la ciudad de Buenos Aires la restricción es parcial, ya que bares y restaurantes con una superficie mayor que los 100 m2 pueden habilitar un sector para fumadores.
"De nada sirven los sistemas de extracción o purificación de aire. En los establecimientos donde se permite fumar, aunque esté separado del área de no fumadores, se comprobó que el aire de todo el salón está fuertemente contaminado con humo de tabaco", sostuvo la doctora Marta Angueira, de la Asociación Argentina de Tabacología y coordinadora de la Red Tabaco del gobierno porteño.
En este sentido, el doctor César Di Giano, presidente de la Unión Antitabáquica Argentina (UATA), agregó: "Donde fumó una persona, se necesitan más de 14 días para que desaparezcan las partículas nocivas del ambiente y la figura del fumador pasivo como potencial enfermo de las afecciones provocadas por la exposición al humo del cigarrillo, hoy es un tema que ya no está en discusión en ningún rincón del mundo".*

*En este rinconcito del mundo no cesaremos de discutir las estúpidas afirmaciones de la falsa ciencia ciega. La "figura del fumador pasivo como potencial enfermo" es una quimera: son enfermos (enfermos de paranoia) y la enfermedad es (no importa de cual se trate) del registro de lo imaginario.

21 comentarios:

xavi dijo...

Che Linkillo, te tenía mi lista de blogs recomendables. Y luego de leer este post, decido eliminarte.

No es porque lo que escribis es sumamente falso, sino porque me hiciste recordar a alguien que estuvo a mi lado unos años atras. Siempre intentaba ordenar el mundo de acuerdo a su pura y egoista conveniencia, y eso me daba por las bolas. En aquella ocasión tambien eliminé el link, digamos.

maría fernanda dijo...

Linkillo te sigo teniendo en mi lista de blog de lectura diaria, y ahora más. Hay mucha gente que cae en el discurso totalitario de que "el cigarrillo mata", es bueno hablar de estos temas en los blogs, para ver si algunos se despiertan y dejan de echarle la culpa al humo del tabaco.

Anónimo dijo...

...es cierto q nadie muere por ser fumador pasivo, tenés razón en ese punto... y no soy un cruzado contra el tabaco ...pero como asiduo frecuentador de bares y restaurantes, estoy contento del aire sin humo, se nota la diferencia ... q se yo, está mal ??? ...no creo ser fascista, mis amigos fumadores tienen plena libertad en mi casa para fumar y me la banco estoico ... q se yo, a veces no está mal pensar un poco en el de al lado...no te pare ???

saludos

Anónimo dijo...

Es increíble la falta de información en gente supuestamente culta. ¿En serio hay alguien que sostenga que aspirar el humo que fuman otros no afecta la salud? ¿Es decir, hay alguien que sostenga eso y no esté delirando y negando también que existió el holocausto y afirmando que la tierra es plana y que la ciencia es pura quimera?

En realidad no hace falta la ciencia. Alcanza con el sentido común. Agarrá a alguien que no fume y labure en un lugar en el que se fuma y sacale una radiografía de pulmón y mirá ese pulmón y comparalo con el de alguien que no fuma y aspira humo ajeno. Después decime.

Si quieren discutimos cómo ser cordiales entre todos, cómo convivir sin entrar en fachismos ridículos, pero primero dejen de sostener insostenibles.

En ese sentido, ¿podés decir exactamente lo que pensás, Link? ¿En serio creés que aspirar humo de cigarrillo ajeno es inocuo?

Sos un tipo inteligente y respetado, pero ser anti ciencia y anti sentido común no está bueno. Ni siquiera es un bluff, es una verguenza.

Anónimo dijo...

Yo no creo que vaya a vivir menos por ser fumador pasivo. Me molestan otras cosas. El cigarrillo hace mal, objetivamente, alguien duda de eso? si el fumador decide hacerse garcha los pulmones, es su tema. Las cosas cambian cuando involucran a un otro.
Yo no soy totalitario por padecer el humo del cigarrillo, tampoco lo soy por putear cuando se me impregna el olor de esa mierda en la ropa. Los fumadores no le darán importancia a tener ese gusto desagradable en la boca o a tenerlo en la pilcha, o a tocer, verse disminuídos en el rendimiento físico, etc...pero que no jodan a los otros.

Anónimo dijo...

Grande, Link!!! Te aplaudo de pie. Dale, que nos falta el manifiesto.

F. dijo...

LECTURA OBLIGATORIA: los dos ultimos posts de www.putoyaparte.com

-seriously-

posta.

Anónimo dijo...

no sólo crítico literario, epidemiólogo también. wow!

Anónimo dijo...

Un inconveniente fundamental para aceptar la axiomática de la ciencia es, por supuesto, la historia. Bah, qué sé yo.
¿Qué hacemos con esto?

En 1949, el “Journal of the American Medical Association” llegó al extremo de publicar supuestos estudios científicos que demostraban que los cigarrillos de Phillip Morris eran menos irritantes y sugería a los médicos que los recomendaran a sus pacientes. Solo unos años después, una campaña de Marlboro mostraba a una serie de bebés animando a fumar a sus madres. “Antes de regañarme, mamá – decía el mensaje sobre la imagen de un temeroso bebé – sería mejor que te encendieras un Marlboro”. “Sí – añadía el lema de la campaña – no necesitas malos humos, ése es el milagro de Marlboro”.

Recomiendo fervientemente que vayan al link y vean los afiches. Son geniales.

http://fogonazos.blogspot.com/2006/10/more-doctors-smoke-camels.html



(una yapa: John Waters haciendo un aviso para no fumar...
http://youtube.com/watch?v=YnpofBtijF8)


More doctors smoke Camels.

J la Rata dijo...

Me acuerdo cuando salió a relucir la hermosa ley milsetensientosnosecuanto, que prohibía fumar en espacios públicos, que la Barcelona sacó una nota que decía "así serán los campos de concentración para fumadores" y bien grande, a dos páginas se explicaba el asunto, con esta ilustradora imagen: http://sp3.fotologs.net/photo/35/52/22/quantum_bride/1179476259_f.jpg


Yo aporté mi granito de arena, en su momento, de la única manera en que sé hacerlo: http://www.fotolog.com/lapastafrola/21318491

Un abrazo, Daniel.

-J.

Anónimo dijo...

Daniel, me podés explicar por qué la figura del fumador pasivo no es lo que quieren hacernos creer? Me interesa el tema, saludos.

maría fernanda dijo...

No estoy en desacuerdo con que haya lugares públicos donde no se fume, si estoy en desacuerdo con que eso sea en todos los lugares públicos. Debería haber bares "FUMADORES" y bares "NO FUMADORES". Yo no estoy hablando de fumarle al lado a alguien que no quiere, existimos los fumadores respetuosos! Estamos hablando de cosas distintas, es decir, yo hablo de que se demoniza al cigarrillo, se tiene por absoluto algo que es relativo. Si, el cigarrillo puede hacerte mal, asi como otras cosas pueden hacerte mal, pero también puede pasar que no, que no te haga mal, todo depende de tantas cosas!

Anónimo dijo...

Link, repito el link pero bien puesto.
Los doctores fuman Camel.

Linkillo: cosas mías dijo...

Ok, en cuanto tenga tiempo escribo algo a propósito del tema..., sobre todo para que no anden mezclando tantos argumentos peregrinos en las discusiones.
Saludos
DL

Anónimo dijo...

El fascismo anticientifico de toda proclama de moda es evidente, excepto para discapacitados mentales (cfr. resultados electorales en la ciudad de Bs. As.). Yo quiero aportar otro estudio pseudo científico: donde hablaron Angueira y Di Giano hacen falta 100 o más años para restituir un poco de sentido común y cierta lógica. El "fumador pasivo" es una víctima, sí, de la paranoia y la psicosis alimentada por el hipócrita y escandaloso poder.

Unknown dijo...

Lugares para todos, esa sería la consigna, y no ghetos. Pero así el gobierno de la ciudad se ganó la buena voluntad de los no fumadores, no se planteó ningún tema ecológico a fondo -como que si todo el mundo fuma por la calle de todos modos el efecto es similar- y a nadie le importó que los filtros de los cigarrillos de los empecinados fumadores, entre los que me cuento, tapen los desagÚes ya de por sí maltratados de la ciudad. Algo bastardo y rústico, como casi todo, ay, ay, ay. Y adiós el placer de comerse algo rico en un lugar a gusto y fumarse un cigarrito como the end.

Anónimo dijo...

Aún espero ávido tu comentario, Daniel.

Linkillo: cosas mías dijo...

Va para Gonzo:
1) No defiendo el "tabaquismo" ni nada que se la parezca.
2) No propongo que se fume en los lugares de trabajo (que son, en la mayoría de los casos, ámbitos privados).
3) Censuro y me revelo contra una ley que considero discriminatoria porque prohibe, en lugares específicos (bares y restaurantes), una actividad que es perfectamente legítima porque no está penada por la ley: fumar.
4) No considero que mi condición de fumador obture mi posibilidad de pensar objetivamente en el asunto (sí creo, por el contrario, que algunos no fumadores -no todos, no todos- carecen de toda capacidad de pensamiento y suelen ser los que más se expresan). Alguien que escribe "te tenía mi lista de blogs recomendables. Y luego de leer este post, decido eliminarte" o no piensa o es un frívolo en el uso de las palabras ("eliminarte" suena un poco fascista, no importa en qué contexto).
5) Objetivamente pienso que si fumar es tan dañino para la salud de las poblaciones (dejemos de lado la salud individual porque de eso el Estado no debe encargarse, salvo que se trate de Estados fascistas), debería estar prohibido. De buen grado acataría una ley que prohibiera la compraventa de tabaco en comercios corrientes, pero creo que la hipocresía social es tan alta que la inexistencia de una ley semejante en todos los países del mundo es condición de existencia del capitalismo en su forma actual : por eso insisto en enviar el debate sobre el tabaco a la etiqueta "Capitalismo y esquizofrenia", bajo la cual los curiosos encontrarán otros argumentos míos al mismo debate que no tiene sentido que reproduzca aquí.
6) Evidencias: quienes más rabiosamente llevan adelante la campaña antitabaco son sectores de derecha (el diario La Nación, semanalmente). Con esto no quiero decir que la campaña esté viciada de derechismo ni quienes adhieren a ella sean personas cuyo ideario sea de derecha, ni mucho menos. Digo sólamente que hay que desconfiar de los términos que se esgrimen porque, como se sabe, la derecha miente (y esto es una posición política ontológica).
7) Las campañas antitabaco no se fundan en los argumentos, más que atendibles: "me molesta el humo", "odio el olor del cigarrillo", "fumar es sucio". Si así fuera, yo callaría avergonzado, porque sé que todo eso es cierto. De hecho, quienes me conocen saben que elijo no fumar en ciertos ámbitos por razones puramente higiénicas. Y si alguien me pide que no fume porque le hace mal, yo dejaré de hablar con esa persona o apagaré mi cigarrillo según sea de interesante la conversación que estamos manteniendo. No soy un fundamentalista ni un grosero. Los groseros son los otros.
8) Como la derecha miente, no puede esgrimir razones "verdaderas" (el gusto o el disgusto ante tal cosa) sino que tiene que inventar "universales" de una estupidez pasmosa: "cada cigarrillo fumado te acorta la vida en cinco minutos" (o cosa así). La simple matemática demuestra la imposibilidad de algo semejante. O, para llegar al tema que le preocupa a Gonzo: el "fumador pasivo", figura tan extraña al pensamiento como la "santísima trinidad", ese aborto de la razón.
9) Llegados a este punto, seamos cuidadosos. No podría negar que la salud de una persona, condenada a respirar un aire contaminado (con tal o cual sustancia)a la larga se vería perjudicada. Pero tampoco me parece que podría afirmarlo, sólo porque los diarios (¡los diarios!, que son el vehículo de la ideología) lo dicen, y lo repiten los médicos, fundados en que los diarios lo dicen y no en otra cosa.
10) La ciencia es, por su propia lógica, determinista (a tales causas, tales efectos). La ciencia es predictiva, lo que significa que una vez dilucidado el proceso de causa-efecto de un determinado fenómeno, puede predecir una evolución determinada. Pero ocurre que, con el cáncer, la ciencia no ha sabido nunca dar en el clavo, porque el cáncer (la enfermedad del siglo XX), no es un fenómeno que admita una explicación causal. Existe algo que se llama la "sobredeterminación", que quiere decir que hay fenómenos que responden a causas múltiples. "Sabemos" que las ollas de aluminio que se usaron durante cierto tiempo eran cancerígenas, "sabemos" que las emanaciones tóxicas de las plantas petroquímicas son cancerígenas... "Sabemos"... En fin: el cáncer (incluso como metáfora) es impredecible y lo más probable es que (como enfermedad) esté también en el registro de lo imaginario.
Pretender, como argumento de una campaña, que se sabe algo de la relación causa-efecto que involucra al cáncer, es mentir descaradamente. Muchas personas que nunca fumaron padecieron y padecen cáncer y muchas personas que fumaron y fuman nunca lo padecieron ni lo padecen.
11) Si existiera evidencia científica de que el tabaco es inevitablemente, insoslayablemente, fatalmente cancerígeno y los Estados no prohibieran su comercialización estaríamos ante un grave hecho de política de exterminio sobre el que deberían dar cuenta, antes que los fumadores, los Estados. La inexistencia de una ley que prohiba la libre comercialización de tabaco en algún lugar del mundo, es índice de la vulgar falacia cientificista que se esgrime como única razón para fundamentar la discriminación, que de eso se trata.
12) Los negros tienen un olor diferente de los blancos. Los pelirrojos tienen un olor diferente de los morochitos. A nadie se le ocurriría, sin embargo, la legitimidad de censurar los olores con los que los otros viven con alegría. Se hizo, hasta no hace mucho tiempo, precisamente en la patria de los campeones antitabaco: los Estados Unidos, donde hasta la década del sesenta hubo segregación escolar. La idea era la misma que ahora se dice con tanta irresponsabilidad: "que no jodan a los otros".
13) Discriminación significa algo muy preciso: es cuando una mayoría impide el ejercicio de un derecho a una minoría. Si los fumadores son minoría, los discriminados por la ley irresponsable promulgada en Buenos Aires (¡así les fue!, jua jua) son los fumadores. Ningún no fumador puede considerarse discriminado, precisamente porque constituye mayoría (eso, en cualquier axiomática).
14) Siempre hubo espacios para fumadores y para no fumadores. ¿Cuál es el problema con eso? ¿Por qué los no fumadores necesitan tanto territorio libre de humo para salir a tomar algo de noche, para salir a comer? (son los únicos casos que discuto). Lo que queda claro, en esa paranoia, es precisamente que se trata del ejercicio abstracto de la fuerza y del disgusto: me disgusta el tabaco, que se joda el que fuma. ¿Pero, cómo, no es que se trata de algo legítimo, no prohibido? Yo podría decir que me molestan las personas que usan perfumes de marca porque sé (lo dice Alain Badiou) que con lo que se gasta anualmente en perfumes se podría alimentar a todas (pero absolutamente a todas, todas) las personas que pasan hambre en el mundo. No se me ocurriría apoyar una ley, sin embargo, que prohibiera que usaran los mismos espacios que yo.
15) Me fui por las ramas, Gonzo: no existe la figura del "fumador pasivo" sino como figura imaginaria, porque esa figura presupone que el aire que respiramos es puro y no contaminado por ninguna otra sustancia dañina para la salud, lo que es mentira: respiramos la basura hedionda que es el resultado de la expansión capitalista. En Buenos Aires, vivimos a metros de un polo petroquímico infecto y se tuvo que reestatizar la distribución de aguas precisamente por los graves casos de enfermedades que se registraron por un suministro contaminado. Es más: seguramente muchos de los que están contra el tabaco en bares y restaurantes usan auto: contaminan irremediablemente el ambiente, son predadores ecológicos. No se me ocurriría a mí, sin embargo, prohibir los autos.
16) A los jóvenes les digo: no hay que fumar (no es que sea tarado). Pero más importante que fumar o no (más socialmente significativo) me parece decir: no hay que discriminar. Las minorias, por definición, son diferentes de las mayorías. Un mundo sin diferencias es un mundo que no merece ser vivido y que no merece siquiera que exista. Por eso, no hay ciencia que pueda justificar el avasallamiento de sus derechos. La falacia cientificista es un argumento usado para callar un debate político, del cual el tabaco es sólo su experimento. Piénsenlo como quieran, pero el fascismo nació en ese punto: la fantasía de exterminio de quienes no son como uno, la fantasía "científica" de que había que mejorar a la especie en su conjunto, eliminando las malas hierbas (las políticas de eugenesia). Los europeos, que conocen de primera mano lo que signica "ser fascista" jamás se atreverían a promulgar una ley como la porteña (se puede fumar en bares y restaurantes de Berlín, de París, de Cerdeña, de Madrid, de...., en los espacios destinados a fumadores). Eso sí, se preocupan verdaderamente por la ecología. Los fanáticos antitabaco de Buenos Aires no marcharían (no marchan, de hecho) como marcharían los berlineses si el Spree estuviera un décimo de lo contaminado que está el Riachuelo.
Lo "fascista" de mi acusación no está dirigido a quienes no fuman, sino a quienes non respetan a la minoría (en este caso, constituida por fumadores), exigiendo a gritos que vayamos a sacar radiografías. Nene: yo no saco radiografías porque la radiografía, es decir, la exposición a rayos X, es cancerígena. La ciencia, claro, tardó en darse cuenta... Qué cosa, ¿no?

Anónimo dijo...

Gracias totales. Me parece que está muy bien todo eso, y me ayuda a pensar algunas cosas.

Saludos.

Anónimo dijo...

qué maravilloso texto esta respuesta, Daniel.

Anónimo dijo...

Mas e las personas que trabalan en los restaurantes e bares? Ellas tanbien no tienen derecho a respirar sin tabaco? Soy por un espacio para el humo e otro para "libre humo". Quiero ser responsable por la decicion de ir o no ir con mes amigos a un bar o restaurante que no hay espacio para non fumadores.
Congratulationes por su blog e perdona-me mon "portunol"
Saludos!
Celinho