sábado, 23 de mayo de 2009

Per annum

por Daniel Link para Perfil

Que haya personas capaces de enarbolar un "derecho reprográfico" sin que les tiemble la garganta ni se les borre de la cara la cínica sonrisita del traficante de esclavos que se da cuenta de que el negocio se le está acabando y no sabe cómo continuará su carrera de comercio con el mal, habla a las claras del deteriorio de la ecología en la que sobrevivimos milagrosamente. La palabra "reprográfico", horrísona como es, sirve al menos para desenmascarar la vileza de quienes necesitan del neologismo para justificar prácticas de egoísmo, sometimiento y explotación viejas como el mundo que, por otro lado, las nuevas tecnologías de información y publicación (Internet) han puesto en severo entredicho.

CADRA (Centro de Administración de Derechos Reprográficos) y la Universidad de Buenos Aires (UBA), firmaron el pasado 29 de abril un convenio por el cual se otorga a la UBA con gracia regia una licencia de reproducción parcial (un 20 % como máximo) de obras literarias y científicas "administradas por CADRA y protegidas por el derecho de autor". A cambio de la anacrónica y colonial licencia, la UBA se obliga a abonar a CADRA $ 12,72 anuales por cada uno de sus 300.000 inscriptos, lo que arroja la nada despreciable cifra de $ 3.816.000 per annum, lo que representa el 2.5 por mil del presupuesto total de la UBA para 2009: el equivalente de algo así como sesenta rentas anuales de docentes-investigadores con dedicación exclusiva, tomando el cargo de Profesor Asociado como testigo. O, si se prefiere, el 4 por ciento del presupuesto total que la UBA destina a salud (el funcionamiento de los hospitales de Clínicas, Roffo, Lanari, Vacarezza y Odontológico).
Como se conoce el estado crítico de los presupuestos de las universidades estatales, y en particular de la UBA (cuyo nivel de excelencia, sin embargo, no ha mermado), la CADRA acepta, con una generosidad tan falsa como su sensibilidad lingüística, que durante los próximos cuatro años la casa de estudios pague simbólicos $ 300.000 anuales en concepto de peaje para bobos. Al mismo tiempo, se aseguró de meter en el convenio un artículo que fija en $ 1.700 la licencia anual por fotocopiadora (cifra que los centros de estudiantes con personería jurídica deberán distraer seguramente de los fondos de becas que ofrecen y otorgan).

Que la mezquindad y la ignorancia se organicen en cámaras y centros para defender los derechos al ejercicio de la barbarie no puede sorprendernos. Que haya "informadores" que aplaudan las confabulaciones de los traficantes de información y de saber tampoco debería preocuparnos (siempre habrá un zarpa de oso detrás de cualquier manera de reina o de princesa).
Lo que preocupa realmente es que una Universidad, sin consulta previa a los expertos en el tema que se cuentan en su seno, suscriba un acuerdo miserable de transferencia de recursos del sector público al sector privado, tomando como objeto una práctica caduca. El fotocopiado ya no se utiliza sino marginalmente para estimular los aprendizajes de los alumnos universitarios, hoy afortunadamente apartados de la acumulación inmunda de papeles "reprografiados" (que no aguantan el paso del tiempo y que, precisamente por eso, jamás fueron competencia para el libro), gracias a la proliferación de excelentes y democráticas bibliotecas digitales y gratuitas.
Con el acuerdo que acaba de firmar, la UBA se compromete a realizar desembolsos dinerarios por absolutamente nada, en lugar de utilizar esos dineros en reforzar las partidas más sensibles de su presupuesto de agonía.
En la práctica, es imposible saber cómo CADRA (que en junio de 2005 se pronunció en contra del movimiento denominado Open Access, Acceso Abierto) liquidará a los autores cuyos derechos pretende (falsamente) defender, el porcentaje correspondiente de las sumas millonarias que engrosarán sus arcas.
La escandalosa nota firmada por Susana Reinoso en La Nación (la última de una larga serie de intervenciones incomprensiblemente desinformadas en relación con el funcionamiento del sistema educativo en Argentina, y abiertamente a favor de los intereses sectoriales más retrógrados) establece cuáles son los autores más perjudicados por eso que ya casi nadie hace, el fotocopiado de libros. Dejemos a los muertos descansar en paz. Que nos digan los vivos, eso sí, qué gracia les hace que sus nombres se enarbolen en relación con esta causa envenenada. Yo, como autor, desautorizo públicamente a la UBA para que entregue a CADRA cualquier suma de dinero en relación con la "reprografía" de alguno de mis libros.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Link:

comparto cien por cien lo que decís en esta oportunidad

saludos
Llámenme Ismael

Emma Funes dijo...

Cicero no habia leído a esta señora...
Sólo desde un lugar de desconocmiento absoluto del funcionamiento del claustro se peude escribir semejante imbecilidad. Pero ¿porqué no me sorprendo?
Ni siquiera sabe que hay derechos de dominio público. Verdaderamente una ignorante que no encontró esta vz ninguna otra pavada de las que suele hablar.

Horacio Potel dijo...

My buena nota, en todo de acuerdo, por fin una opinión clara, precisa y contundente sobre estas aberraciones del derecho de copia

Lucas Sallovitz dijo...

O sea que ahora no solo pretenden cobrar canon por medios de reproducción como CD y grabadoras, sino también auspician de inspectores de billeteras, fabuloso. La persona que firmó ese acuerdo por parte de la UBA debería dar explicaciones, porque una cosa es que no sorprenda, y otra dejar que se salgan con las suyas.

Anónimo dijo...

a vos link te tendrían que pagar copyright por todos los programas que te robaron...
son los mismos ñoquis que que nunca leen ni producen nada interesante los que despues saltan para defender los derechos de autor

Anónimo dijo...

la bronca me impide escribir, hay que estar bien conciente que esto también es responsabilidad de gran parte de los profesores de puan que vienen rompiendo sistematicamente las pelotas con los males de la fotocopia y los peligros de internet ( zubieta a la cabeza...)

kili kili dijo...

Conozco colegas bibliotecarios obsesionados con el tema. Que no dejan fotografiar los libros, por ejemplo.
Pongamos que no vayamos a violar la antiquísima Ley 11723, pero de ahí a convertirnos en sus guardianes hay un gran paso.

Horrible como están tratando de hacer pelota ciertas libertades que, ahora nos damos cuenta, son de hace poco...

Flor dijo...

Como dato y posible punto de futuro debate agrego el "pago por préstamo de libros" que se instauró en la Unión Europea (http://noalprestamodepago.org/) ... contemparáneas formas de censura quizá? nuevas estrategias para la inequidad en el acceso al conocimiento tal vez? deberíamos estar preparados para esto también.

Micaela dijo...

Clap clap