La pura luz
Diego Bentivegna
por Marcelo D. Díaz para Otraparte
La poética de La pura luz pone de manifiesto el carácter problemático y la complejidad de la memoria subjetiva. El punto de partida es la infancia: “Tengo ocho años, tal vez nueve; / como en los versos de Dalton / lloro por las noches. / La lágrima, como un don que nace, /que no puede evitarse, /un estado del llanto”. La escritura encuentra su límite en la voz de la niñez y la lengua se convierte en un continuo balbuceo intraducible que demanda ser escuchado.
Las tres gracias
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Mientras preparo un taller sobre el paso (siguiendo algunos motivos) de los
cuentos tradicionales, desde las lejanas cortes europeas a los libros que
hay...
Hace 3 semanas.
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