sábado, 22 de abril de 2023

En clave mafiosa

Por Daniel Link para Perfil

No habría ya necesidad de confrontar la política actual con investigaciones minuciosas y largas genealogías (al estilo de Horacio Verbitsky) para notar el costado mafioso que impregna la actividad del Pro, sacudido por la negativa del Sr. Rodríguez Larreta a avalar ciegamente la designación del Sr. Jorge Macri (el otro, el mismo) como candidato a jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

¿Cómo explicar el capricho del Sr. Macri (aquel que ayer nomás decía) para que sea sólo un miembro de su famiglia quien conduzca los destinos del distrito porteño? No se entienden los estallidos de Mauricio, de la Sra. Bullrich y de dos personas que no se sabe bien en nombre de quienes hablan ni a quienes representan desde sus lugares completamente intrascendentes (la Sra. Vidal y la Sra. Michetti), sino haciendo una referencia a la lógica de la mafia calabresa. La 'Ndrangheta constituye, en la actualidad, la única organización criminal considerada de alcance global, con presencia estable en los cinco continentes, y la más rica a nivel global. A diferencia de la Cosa Nostra, recluta a sus miembros siguiendo el criterio de la relación de sangre, de lo que resulta una extraordinaria cohesión dentro del clan familiar.

¿Fueron los berrinches del Sr. Macri un ataque de pánico narcisista (la prensa de derecha no es capaz siquiera de analizar esa hipótesis) o un santo y seña mafioso?

Las contraseñas son la forma de darse a conocer, pero también de reconocer a aquellos que comparten la propia identidad. Delimitan un espacio, pero también un código de comportamientos y un conjunto de saberes. Las contraseñas tienen sentido porque hay algo misterioso o secreto que guardar del escrutinio público. Una contraseña fue el hilo de Ariadna, que le permitió a Teseo “craquear” el laberinto del Minotauro. El “ábrete sésamo” de los cuarenta ladrones fue una contraseña. Los saludos de las logias y las mafias también lo son.

Que un político someta el nombre familiar a lógica mafiosa incluso con el riesgo de perder una elección pareciera definir un espacio de intervención: o gana la famiglia o no gana nadie.

Por supuesto, esto es válido para cualquier configuración política, más allá de la parentela calabresa.

 




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