lunes, 5 de agosto de 2024

Algunas noticias sobre Ucrania

por Giorgio Agamben para Quodlibet

Entre las mentiras que se repiten como si fueran verdades evidentes está la de que Rusia invadiría un Estado soberano independiente, sin precisar en absoluto que ese supuesto Estado independiente no sólo lo era desde 1990, sino que además había sido durante siglos parte integrante primero del imperio ruso (desde 1764, pero ya entre los siglos XV y XVI estaba incluido en el Gran Ducado de Moscú) y luego de la Rusia soviética. Ucraniano, además, fue quizá el más grande de los escritores en lengua rusa del siglo XIX, Gogol', quien, en las Estelas de la granja Dikanka, describió maravillosamente el paisaje de la región que entonces se llamaba "Pequeña Rusia" y las costumbres de las gentes que vivían en ella. En aras de la exactitud, hay que añadir que, hasta el final de la Primera Guerra Mundial, una gran parte del territorio que hoy llamamos Ucrania era, bajo el nombre de Galitzia, la provincia más lejana del Imperio austrohúngaro (en una ciudad ucraniana, Brody, nació Joseph Roth, uno de los más grandes escritores en lengua alemana del siglo XX).
Es importante no olvidar que las fronteras de lo que desde 1990 llamamos República Ucraniana coinciden exactamente con las de la República Socialista Soviética de Ucrania y no tienen ninguna base anterior posible en las continuas particiones entre polacos, rusos, austriacos y otomanos que tuvieron lugar en la región. Por paradójico que parezca, la identidad del Estado ucraniano sólo existe, por tanto, gracias a la República Socialista Soviética cuyo lugar ocupó. En cuanto a la población que vivía en ese territorio, era una mezcla abigarrada compuesta no sólo por descendientes de los cosacos, que habían emigrado allí en masa en el siglo XV, sino también por polacos, rusos, judíos (en algunas ciudades, hasta el exterminio, más de la mitad de la población), gitanos, rumanos, huzulíes (que formaron una efímera república independiente entre 1918 y 1919).
Es perfectamente legítimo imaginar que, a los ojos de un ruso, la proclamación de la independencia de Ucrania no sería por tanto demasiado diferente de la posible declaración de independencia de Sicilia a los ojos de un italiano (no se trata de una hipótesis peregrina, ya que no hay que olvidar que en 1945 el Movimiento para la Independencia de Sicilia, dirigido por Finocchiaro Aprile, defendió la independencia de la isla protagonizando enfrentamientos con los carabinieri que dejaron decenas de muertos). Por no hablar de lo que ocurriría si un Estado norteamericano se declarara independiente de Estados Unidos (al que pertenece desde hace mucho menos tiempo del que Ucrania formó parte de Rusia) y formara una alianza con Rusia.
En cuanto a la legitimidad democrática de la actual república ucraniana, de todos es sabido que los 30 años de su historia han estado marcados por elecciones invalidadas por fraude, guerras civiles y golpes de Estado más o menos encubiertos, hasta el punto de que, en marzo de 2016, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, declaró que Ucrania tardaría al menos 25 años en cumplir los requisitos de legitimidad que permitirían su entrada en la Unión.

2 de agosto de 2024

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿En qué fecha pone Jorgito la edad para calificar? Las fronteras dibujadas por quién; siempre pensé que lo fiordos pacíficos eran argentinos o en el mejor de los casos españoles pero nunca chilenos. Ahora nos dan la razón