por Daniel Link para Perfil
Caigo en contradicciones: me gusta la televisión, pero la prefiero distante. No miro televisión de aire y los shows con "soñadores" me dan náusea (no por los soñadores, sino por el escaso profesionalismo, la falsa intensidad, los gritos, la corrupción y la promoción de groseras identificaciones narcisistas: "es lo que el público quiere"). Me refugio en "la otra televisión", la que dan por cable. Naufrago en interminables rondas de zapping. No dan nada interesante y, para peor, la publicidad me deprime. Recuerdo las buenas épocas de promesas falsas: abonarse al cable permitiría mirar programas sin cortes publicitarios. ¿Cuándo dejó de ser así y por qué lo permitimos? Ahora la compañía que me provee de chatarra audiovisual ofrece una promoción con casi todos los canales premium gratis durante dos meses. La ronda del zapping aumenta considerablemente, pero sigo sin encontrar nada (noches atrás volví a ver Blade Runner, y fue tan feo). Al menos en los canales premium no hay publicidad. Nos dicen, nos están diciendo, que para no tener que enfrentarnos con la miseria mental de los publicistas, con su vileza, con su vocación siniestra para arruinar todavía más el mundo, tenemos que pagar dos veces. Pagar no para poder ver una programación mejor (cuanto más nuevas son las películas, peores son: es una ley de hierro), o más específica, o menos entregada al sinsentido de la vida (a la imaginación de la catástrofe), sino para poder abstenernos de la parte más infame y degradante de la cultura, la maldad concertada, la carcajada sarcástica con que se postula la estupidez de las audiencias.
Debería no mirar televisión (me extraña no poder abandonarla como se abandonan las causas perdidas, como abandoné el cine sin remordimientos), pero no puedo dormirme sin la constatación de que, salvo Seinfeld, la inteligencia se retiró de la pantalla chica. Exagero: está Lost, pero sigo Lost a través de Internet (quedan sólo dos capítulos antes del final de temporada), como otras series cuyas temporadas completas bajo con paciencia y sin certezas. Al menos no estoy pagando para equivocarme, y me salvo de la contaminación publicitaria.
Las tres gracias
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Mientras preparo un taller sobre el paso (siguiendo algunos motivos) de los
cuentos tradicionales, desde las lejanas cortes europeas a los libros que
hay...
Hace 3 semanas.
9 comentarios:
Mi viejo me cuenta que de chico salía con los amigos, a plena siesta, a patear latas vacías por la vereda. Los vecinos terminaban dándoles unos mangos para que dejaran de joder.
scrubs, link. mire scrubs y la va a pasar bomba. se lo garanto.
¿En algún lugar de este blog se pueden leer las causas de tu decepción con respecto al cine?
No comparto tu comentario sobre Bladerunner. :)
¡Saludos, Daniel!
Puras defensas políticamente correctas del medio. La televisión es basura, y en eso reside su encanto. El problema se produce cuando (oh, McLUhan), uno va del libro a Internet y de estos, a la tele, o viceversa, y, entonces, la mirada hegemoniza el medio. ¡El medio es el mensaje, Link! Habrá que volver a decirlo!!!!!!!!!
Yo no pienso así: a mí los programas de entrevista de Chiche me encantan; el canal Encuentro, de tanto en tanto, trae alguna boludez que está buena; las entrevistas de María Moreno en el Canal de la Ciudad (una especie de Isat un poco más sofisticado) también me gustan. Tinelli me aburrió. Me fastidia no contar con ninguna serie de esas que uno se programe ver. El otro día vi Socias y me pareció una forrada femenina decadente, pero algunas cosillas alegran la noche: algunos rostros, algunas ropas, algunos trances.
Beops.
J.
Lo vi en otro blog y me acorde de vos.
Saint Sebastian is an exhibition of new interpretations of the image of the pierced saint currently running at the CFM
Gallery, New York, in association with JKK Fine Arts, “the Gallery of Modern Symbolism”. The show runs from May 9th to June 8th, 2008, and among the artists there’s Michel Henricot who was featured here recently. You can see more of the works in the PDF brochure. Thanks to Jan for the tip!
La Fox en fin de semana dan sesiones interminables de Los Simpson y Padre de Familia. Es de lo mejor que podrás encontrar.
Saludos
Ver tele es como tener un almuerzo, a los 15 años, en un club de jubilados: aterra. Sin embargo, al igual que en el club octagenario, se puede encontrar, si se aguanta el olor (a viejo en el club y a mierda mientras se hace zapping) algo saludable para nuestro higado.
En mi caso, mis ultimas experiencias saludables en la tele corresponden a dos miniseries: "Tumberos" y "Vientos de Agua"
De tumberos rescato, por sobre todas las cosas, haber descubierto a Urdapilleta. Fue una experiencia increible verlo en un papel analogo al Astrologo de Art en los Siete Locos.
Vientos de agua tiene aciertos por todos lados: las actuaciones, la ambientacion, la historia.
Cada dos o tres años sale algo bueno...
Mientras tanto podemos seguir viendo Friends (si es que no nos cansamos)
dos palabras: south park
despues de seinfeld, twin peaks y lost (heroes más o menos, la segunda temporada fue muy boluda para mi gusto y peter petrelli es lo peor que podes hacerle a una historia) la televisión no tiene sentido
igual vale la pena ver series como extras, the office y the it crowd; tambien two and a half men y scrubs)
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