viernes, 13 de febrero de 2009

Noches de cine

Estudiosos como somos, en esta semana nos hemos estado acostando a la madrugada y levantándonos al mediodía, revisando la nómina de películas que competirán por los premios Oscar que se entregan el fin de semana que viene. La favorita (la nuestra, la de todos) sigue siendo Slumdog Millionaire de Danny Boyle, y no porque sea una gran película (es una fantasía opiacea), sino porque las otras son verdaderos desastres. Los protagonistas del film (tan parecido a Cidade de Deus que casi ofende) son encantadores y merecerían mejor suerte que fungir de partiquinos de las horrorosas estrellas californianas.
Hablando de horror, se ha formado una pareja: hemos descubierto que Mickey Rourke (protagonista de la insufrible y decadente The Wrestler), con su boca de Moria Casán y sus tetas de telgopor, es un monstruo que bien podría acompañar del brazo a Meg Ryan, igualmente monstruosa. Los dos pasaron por procesos quirúrgicos faciales inverosímiles y apenas si pueden hablar o moverse. Viéndolos, no se entiende hacia donde va el mundo del cine (esa ilusión).
Dos serán, pues, los grandes temas de los Oscars de este año: la vejez y el amor hacia los niños. En otra película sin sentido, pero totalmente sin sentido (basada en un relato breve de un escritor borracho, Fitzgerald, que no merecería que se lo recordara por esta estupidez), Benjamin Bottom, vemos a Brad Pitt transitar una vida entre dos naderías: haber nacido viejo y morir como un bebé. Una premisa así de peregrina y así de idiota (¡a mí qué me importa!) para lo único que sirve (además de repetir los desatinos de Forrest Gump: el freak que se cruza con la Historia) es para mostrar los avances en tratamiento facial computarizado y en maquillaje. No sabemos qué es peor: si la cara maquillada de viejo de Brad Pitt insertada en un cuerpo deforme, o su cara blureada del final, cuando el actor fue obligado (por la producción, pero también por su incapacidad escénica) a musitar sus parlamentos insulsos sin mover un solo músculo). Espléndida, como de costumbre, Cate Blanchett (que incluso se da el lujo de aparecer como ballerina adolescente y como vieja moribunda a punto de ser arrastrada por Katrina). Lo demás, un bodrio (nada que ver con el bodriovil que tanto me gusta). Eso sí: un viejo se enamora de una niña y es correspondido, no importa la reversión temporal.
Actuaciones típicas: las de Doubt, con Meryl Streep y Phillip Seymour Hoffman paseándose a lo largo y a lo ancho de un guión anquilosado (creo que el origen es una obra de teatro, horrenda). Nos prestaron la película con la condición de que firmáramos un papel donde decía que la película atrasa treinta años. Lo hicimos y creo que los patrocinadores de la solicitada se quedaron cortos. Una monja intolerante persigue a un cura al que acusa de seducir a sus monaguillos. Muy buena la actuación de la madre (la negra que ganará la estatuilla a actriz de reparto este año) que le dice a la monja: "Y bueno, él necesita un hombre que lo quiera". Obvio, señora, obvio.
Ya que estamos con las nominaciones, la que va a ganar en el rubro mejor actriz protagónica es Kate Winslet, quien en su aparición como estrella invitada en la serie Extras se había quejado de que nunca ganaba y le decían: "porque nunca hiciste una película sobre el Holocausto". Dicho y hecho: The Reader. Kate hace un personaje raro que prefiere la cadena perpetua por matar judíos durante la guerra, cuando trabajaba para las SS, que confesar que es analfabeta. Entre los crímenes y el juicio, tiene un romance con un adolescente que le lee en alta voz, y que sostendrá, veinte años después (sí, Kate también envejece), el punto de vista narrativo. La película es o banal o revisionista (es decir: peligrosa), pero Kate Winslet no está gorda (lo que es un milagro) y hace con cierta solvencia la atonía y la estupefacción que se le requiere. ¡Bravo, bravo!
¿Qué decir de la última entrega de Woody Allen? Es como una película de Almodóvar, pero sacada del catolicismo y llevada al judaísmo (o a la versión protestante -laica- del judaísmo que Woody Allen gusta de patrocinar). Las mejores partes son las habladas en castellano por Bardem y Penélope Cruz (para mi gusto, bastante obvio, cogen menos de lo que los espectadores merecemos). Eso sí, parece que Woody Allen ha descubierto el viejo (¡viejísimo!) veredicto (que yo conozco por boca de María Moreno): "tres es una pareja, cuatro es un espectáculo". Basta ya, por supuesto, de indagaciones morales, Woody: sos más aburrido que chupar un clavo.
Batman: es un horror de seriedad fuera de contexto (finalmente, es una película infantil) y se empeñarán en darle al muerto ese un Oscar por hacer de psicópata sobremaquillado y sacando la lengüita cada tanto (que es como gritar: ¡Hollywood, Hollywood!).
No sé qué hacer con Milk: quiero tanto a Gus Van Sant como detesto las biografías heroicas. Mientras la veía rogaba para que mataran al protagonista (brillante, eso sí, Sean Penn), circunstancia que se conoce desde el comienzo.
Aclaración: no veo películas sobre Nixon ni, antes muerto, films en los que actúe el desagradable de Di Caprio, con esa cabezota que crece mes a mes y esas dotes actorales tan sobrevaloradas como totalmente ineficaces. NO VEO ESAS PELÍCULAS y bastante ha sido la tortura a la que me sometí para llegar al Oscar más o menos bien preparado para la competencia anual que organizamos ($ 10 la planilla y el ganador se lleva todo).
Días atras, cenando con un amigo de Franka Potente, en algún momento de la noche él llego a la conclusión (y así lo dijo) de que éramos "cinéfilos". "¡Qué esperanza!", le contesté. "Sólo miramos cine para corroborar lo muerto que está y poder seguir durmiendo tranquilos".
Odiamos el cine, porque amamos Lost (o viceversa).

4 comentarios:

Mari Pops dijo...

me quedan Slumdog $$$ hoy y Milk
pero estoy de acuredo con tus comentarios en gral ya que vi las otras.
Creo has sido bastante compasivo con "El curioso brad bitt). Es tan mala, tan mala que me agarro un ataque de risa por la mitad cuando le calcule que tenia 65 y habia pasado ya una hora UNA HORA (obviamente teniamos final bebe -o como me dijo mi amigo en el cine ¿como va a terminar la pelicula que se lo va a meter la Blanchet por la concha) . Segunda salida del cine.
Pero TRES horas TRES!!!! y SIETE euros ya es ensaniamiento,no?

Me gusto el chico de "The reader", me ggusto Meryl aunque nada nuevo, es buena y versatil! The wrestler ni la termine (predecible receta del looser que intenta y, como no hizo terapia no le da)

Confio en Penn, la Winslet me gusto en la banera y Woody hizo lo que Amelie con Paris.
saludos

Anónimo dijo...

Estuve viendo Batman y, pese a la austeridad de mis amigos, coincido contigo... Una niñada... Lo que si me quedo picando es una cuestión que quizás me puedas resolver... Quién es el villano de la película?

Saludos, Diego de Bahía Blanca.

Linkillo: cosas mías dijo...

Mary Poppins: si fui compasivo con Benjamin Bottom, seguramente fue por lástima hacia Kate Blanchett. Diego: no me acuerdo bien de la película, pero como el argumento está robado de "Tema del traidor y del héroe" de Borges, es probable que sea...

Anónimo dijo...

Kilpatrick Batman, Kilpatrick Guasón... mmm...interesante.
Aprovecho para decirte que me gustó mucho Monserrat aunque me pusiste en una diyuntiva que en la que no había entrado desde que leí "1984" de Orwell... ¿Qué es real, verídico, y qué no?
Saludos
Diego.