El lenguaje está sujeto a reglas de todo tipo. El lenguaje cinematográfico (si tal cosa existiera), también. Pero además, el cine supone un conjunto de reglas de visibilidad. Por ejemplo:
1) yo no veo ya más películas de mafiosos. O:
2) yo veo todas las películas en las que actúa Dakota Fanning.
Las reglas 1) y 2) podrían entrar en colisión, naturalmente, y en ese punto habría que considerar reglas suplementarias para decidir el difícil entuerto. Por ejemplo:
3) yo veo todas las películas en las que actúa Cate Blanchett (que podría inclinar la balanza en una determinada dirección) o
4) yo no veo películas dirigidas por Martin Scorsese (que podría inclinarla en la otra).
Arbitrarias como son, las reglas suelen, por fortuna, funcionar en cascada. Por ejemplo, la regla 4) es bastante solidaria con la siguiente:
5) yo no veo (ni aunque me paguen por ello) películas protagonizadas por el mamboretá llamado Leonardo Di Caprio. Gangs of New York (2002) acumulaba tantas reglas en su contra, que todavía hoy no sé nada sobre ella (ni quiero).
Conviene anotar las reglas en alguna parte, porque, por su propio carácter, son proliferantes.
Hace unos días, incoroporé una nueva regla a mi manual de procedimientos, luego de intentar, sin ninguna felicidad, ver ese aborto llamado Blindness (2008):
6) yo no veo (ya nunca más) películas protagonizadas por Gael García Bernal, cuya máscara se me ha vuelto desagradable hasta la náusea. No se trata, claro, de identificaciones narcisistas provocadas por el efecto del alcohol. Es que García Bernal hace malas películas. Lo intuí con La mala educación (2004), que vi siguiendo una regla superior:
7) yo veo todas las películas de Almodóvar,
lo confirmé con La ciencia de los sueños (2006), que no pude terminar de ver.
Y con esta última, donde además está esa actriz de segunda selección, Julianne Moore (tan poco importante que ni siquiera está sujeta a reglas), Gael ya se ganó una norma propia. No sé qué pasará con Pedro Páramo (pero el disparate de tener que asociar el nombre de Rulfo con el de García Bernal me orientará cuando llegue ese trance).
Mi sistema de reglas es particularmente útil sobre todo cuando uno ve películas acompañado, porque deja en claro los terrenos (pocos, lo sé) que admiten algún tipo de acuerdo.
Vivivendo, como es mi caso, con alguien con vocación de programador cinematográfico, porque mi regla dorada del tablero es
0) yo no elijo (libremente) películas para ver: sencillamente cumplo con una normativa,
contar con un sistema explícito de predilecciones y rechazos es una necesidad de primer orden.
Las tres gracias
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Mientras preparo un taller sobre el paso (siguiendo algunos motivos) de los
cuentos tradicionales, desde las lejanas cortes europeas a los libros que
hay...
Hace 2 semanas.
11 comentarios:
mientras pasaba de regla en regla -acordando o no con las mismas- me di cuenta que en lo arbitrario de estas reglas, como en aquellas que definen lo camp... hay una lógica insostenible o injustificable, pero al mismo tiempo irrefutbale y eso me encanta y me encanta con culpa...
dakota es mi monstruo preferido (buscala en yourube tocando el piano... y sobreexcitada en las entrevistas con ellen degeneres)
El problema con GG Bernal, o una parte de él, es esa abominación ALCA-Norteamericana llamada "lo latino". Caer en ese Lugar es ganar la inanidad eterna. Los ejemplos abundan, te los ahorro. La posibilidad de acabar siendo un "latino" es una razón suficiente para combatir el alca con las armas en la mano, mucho más que cualquier clase de hambrunas o hecatombe ambiental que pudiera producir una invasión de tecnología bananera.
Hay algo mejor que Dakota on the screen? Yes, Dakota off the screen:
http://www.youtube.com/watch?v=0R314bH9Cc8
Qué el posteo es en verdad sobre rules? Sí, y es un muy buen posteo. No doubt todos tenemos reglas de "visibilidad". Sólo que a veces nos pasan desapercibidas incluso a nosotr@s mism@s.
Acuerdo con Malena, Dakota pasada de rosca es lo más.
Y Julianne Moore me encanta. Es como un malentendido, porque es obvio que salió de hacer novelas yanquis de las 3 de la tarde, onda Days of our lives. No sé si tenés una regla para el cine de Todd Haynes, pero deberías ver Safe. Bah, me parece...
yo no veo pelñiculas con el madera de sean connery (si es que se escribe así). REcién entendí qué tenía de bueno el agente 007 con las últimas dos, pero debe ser porque se parece más a duro de matar.
De acuerdo con ese García Bernal que es de madera (con el perdón de la madera que al menos tiene vetas), pero ¡qué decir de Penélope Cruz! Julianne Moore parece Sara Bernard a su lado. Y ahí entra en colisión con lo de Almodóvar.
A propósito, ¿qué les hace el manchego a los actores, que salvo Marisa Paredes y Carmen Maura, los demás quedan como lobotomizados y descartables después de laburar con él?
Yo sólo veo películas repetidas. Verdad parcial porque para ver una por primera vez es necesario no haberla visto antes. De todos modos, una lista posible, parcial y en orden de ocurrencia, es esta:
1. Frenzy
2. Unforgiven
3. The remains of the day
4. Todas las de Jason Bourne
5. The French connection
6. Bullit
7. The Killing
8. Citizen Kane
9. M
10. Sherlock Junior
11. Los cinco primeros minutos del episodio 16 de Lost, quinta temporada.
Toda regla tiene sus excepciones:
ver a Julianne Moore en Magnolia
y Gael García Bernal en The Science of Sleep
Salut
Sory gordo: yo pensé que La ciencia de los sueños, a la que mencioné como argumento o como paso previo para la formulación de una norma, era La science des rêves y no The Science of Sleep. De todos modos mis reglas no tienen excepciones. Prost!
Ah, me sonrojo. Qué barbaridades a veces uno acomete por cuestiones tan tan subjetivas. Vi esa película donde actúa Di Caprio. Inclusive escribí sobre ella, emcionada. Pero para mí el film era Cameron con ese amor suyo viciado y todo lo que significaba la violencia en la naciente Nueva York.
Este post me recuerda que no me gusta Jim Carrey aunque según sé, ha evolucionado. Pero, nada, verle, me produce un malestar que claro, no describiré aquí.
Un gran salute.
Es curioso que siempre existan personas que siguen reglas que se ubican en las antípodas: veo todas (todas, todas) las películas de mafiosos; no veo (ya nunca más) los esperpentos imperdonables de Almodóvar; Di Caprio y Bernal me resultan indiferentes (lo mismo me daría si los reemplazan con Pablito Rago y chueco Suar), y no tengo la menor idea de quien es Dakota Fanning (pero sigo a Noami Watts con sincera veneración). Y, seguro, en el ancho mundo debe haber alguien a quien Cate Blanchett le cae como el culo.
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