Me meso el cabello (con dificultad, porque lo llevo corto), me rasgo las vestiduras, echo espuma por la boca, gruño y lanzo imprecaciones al Altísimo: ¿cómo es que alguien osa dudar de mi capacidad de scouting televisivo?
Soy un soldado de reconocimiento, y así como Endgame (de la que sigo enorgulleciéndome) he localizado otras cosas de las que no he dicho nada porque me dan vergüenza.
Por ejemplo, The Borgias (3 de abril de 2011), la serie dirigida por Neil Jordan y que es tan aburrida que parece una producción de HBO. "¡Y qué esperabas -me dirán mis enemigos- si está protagonizada por Jeremy Irons!". Es verdad, el dato no es menor: hay muchas (demasiadas) secuencias que incluyen al más desagradable de los "buenos actores" (o al mejor de entre los "actores desagradables"), que hace caras indescifrables pretendiendo que su personaje tiene una dimensión y una profundidad (ya sé, nociones asquerosas de por si) que el guion le ha negado.
En mi descargo, diré que en el cast estaba también Derek Jacobi (mi desconocimiento de la historia italiana me impidió predecir que su personaje muere durante el primer episodio).
Yo descubrí Endgame y Los Borgia, y es tan mala, tan ignorante y tan desagradable la segunda, con su fruición por la ropa y los escenarios húngaros, que casi me hace olvidar la alegría por la primera.
Descubrí también Hyperdrive (2006-2007), una sit-com británica futurista de la que no esperaba demasiado porque tenía sólo dos temporadas y nadie se tomó el trabajo de subtitularla en castellano. No es una gran serie (lo reconozco después de haber persistido durante tres episodios), pero sirve como backup cuando hemos agotado todo lo demás y en la televisión antigua (la programada por los canales) ya no hay nada (es decir, casi siempre). Hyperdrive cuenta las aventuras de un grupo de tarados encantadores que recorren el universo en una nave en misión de negocios (para defender los intereses del Imperio Británico).
Seguiré desbrozando el jardín postelevisivo (una flor, un yuyo malo y un injerto que no prendió son los tesoros que comparto), aunque se burlen y nieguen mi capacidad exploratoria.
Las tres gracias
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Mientras preparo un taller sobre el paso (siguiendo algunos motivos) de los
cuentos tradicionales, desde las lejanas cortes europeas a los libros que
hay...
Hace 2 semanas.
6 comentarios:
Las bofetadas se suceden por canales bien diversos. Callo el nombre del atorrante que, a través del correo electrónico, levanta la ceja ante mi lección ortográfica "guion" y copio, sencillamente, el artículo de la Academia: "guion(1) o guión. ‘Escrito que sirve de guía’ y ‘signo ortográfico’. La doble grafía, con o sin tilde, responde a las dos formas posibles de articular esta palabra: con diptongo (guion [gión]), caso en que es monosílaba y debe escribirse sin tilde; o con hiato (guión [gi - ón]), caso en que es bisílaba y se tilda por ser aguda acabada en -n. La articulación con diptongo es la normal en amplias zonas de Hispanoamérica, especialmente en México y en el área centroamericana; por el contrario, en otros países americanos, como la Argentina, el Ecuador, Colombia y Venezuela, al igual que en España, esta palabra se articula con hiato y resulta, pues, bisílaba. Debido a esta doble articulación, y con el objetivo de preservar la unidad ortográfica, en la última edición de la Ortografía académica (1999) se establece que toda combinación de vocal cerrada átona y abierta tónica se considere diptongo a efectos de acentuación gráfica. Por ello, en guion y otras palabras en la misma situación, como ion, muon, pion, prion, Ruan, Sion y truhan, se da preferencia a la grafía sin tilde, aunque se permite que aquellos hablantes que pronuncien estas voces en dos sílabas puedan seguir tildándolas".
No me preocupa la sordera galaica (ni la confusísima concepción del diptongo que se deduce de las líneas anteriores), pero sí la de este espécimen porteño, que en sus juergas etílicas con sus amigotes se ve que se pone a discutir el "gui-on" (no alcanzo a imaginar el hiato) de Las noches de Cabiria. ¡Qué truhán!
A mi me gusta Jeremy Irons en "Pacto de Amor"
Recomiendo la sublime segunda temporada de The Wire, que empieza con McNulty exilado en una lancha de la policía portuaria y el hijo de un líder sindicalista polaco emborrachándose con un pato.
No sé, viste Rubicon ya?
Mirá que manera "alocada" y "risueña" de dar una bofetada
(http://www.clarin.com/mundo/meten-tortazos-Iglesia-Catolica-Belgica_0_457754438.html)
Sigo insistiendo con The Mighty Boosh, sobre todo temporadas 1 y 2.
¡Perdón por haber dudado de tu capacidad de scouteo! ¿Lo peor sabés que es? Que voy a bajar Hyperdrive...Las 3 palabras desastrosas que dijiste sobre esa serie me hicieron picar el no se qué...En fin, bajando y en algunos días agradeciendote o volviendo a mi desconfianza...=P
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