lunes, 14 de marzo de 2005

Correspondencia

En respuesta a mi último comentario sobre San Sebastián, Jorge Schwartz me envió una entrevista a la teóloga Marcella Althaus-Reid. Dado que el documento puede tener interés más allá de mis análisis, he colgado acá la versión original en portugués y acá la versión en castellano que realicé currente calamo (por lo que espero me sean perdonadas las erratas y las malas opciones). En caso de reproducción (¿hace falta decirlo?) se ruega citar la fuente y el donante (Jorge).

[entrevista de Eliane Brum en la revista Época (San Pablo: 6 de septiembre de 2004)]

Teología indecente

Polémica y provocadora, la profesora de Ética Cristiana de la Universidad de Edimburgo reinvindica un Cristo bisexual.

Al final de la década del '90, la teóloga Marcella Althaus-Reid comenzó a escribir un libro para ella y sus amigos. Era un desafío para quien, ya desde la infancia, sentía que no cabía en ninguna forma: ni en la de la familia, ni en la de la sociedad. El libro tuvo tal suceso privadamente que se convenció de la necesidad de publicarlo. Indecent Theology (Teología indecente) fue lanzado en el Reino Unido en 2000 y Marcella Althaus-Reid ya no dejó de provocar polémicas. El año pasado, lanzó otro libro provocador, The Queer God, donde "queer" es usado por Althaus-Reid en el sentido original que tiene en la Cultura Queer, movimiento que surgió en Londres y Nueva York hacia el final del siglo XX y que ganó importancia tanto en la política como en la vida cotidiana: lo queer es aquello que está fuera de la posibilidad de normalización o definición y, por lo tanto, más allá del orden. Una categoría asociada con la transgresión, pero también con lo indefinible. Los dos libros de Althaus-Reid -hay otros tres en prensa- giran en torno de ese pensamiento. Althaus-Reid defiende la idea de que la teología precisa mostrar lo que tradicionalmente aparece excluido: no solamente la pobreza, sino también la sexualidad. Propone una teología "sin ropas íntimas", contesta a la "ideología heterosexista" de la Biblia y habla de un Dios de muchas caras -a imagen y semejanza de todos y de nadie en particular. Provocadora -por convicción y por mercadotecnia-, esta argentina convertida en escocesa, criada en la rama cuáquera del protestantismo religioso, estuvo en Brasil por primera vez a finales de agosto de 2004, invitada por la Universidad Metodista de San Pablo. Pronunció conferencias y vació las librerías paulistas de libros del poeta Glauco Mattoso, de quien es fan confesa. Dio la siguiente entrevista a la revista Época.

Datos personales: Nació en Rosario, Argentina. Vive en Escocia hace 18 años. Tiene 52 años.

Carrera: Ph.D. en Teología, es profesora de la Universidad de Edimburgo, donde da clases de Ética Cristiana y Teología práctica [y Teología Sistemática].

Libros publicados: Indecent Theology (2000), The Queer God (2003). De la teología feminista a la teología indecente (2004). Ninguno de ellos ha sido traducido al portugués [tampoco al castellano].

Usted dice que la Teología Indecente es como levantar las faldas de Dios. ¿Qué significa eso exactamente?

-La Biblia está llena de metáforas sexuales. El cristianismo viene de una metáfora sexual ?un Dios que tiene amores con una mujer y de esa relación amorosa nace Cristo. Todo sale de una matriz sexual que siempre se quizo desexualizar. Una virgen, una paloma, un ángel. Y esa mujer que está comprometida, aparece con un embarazo que se sabe de donde viene. "¿Pero quién es tu padre?", debían de decirle a Jesus cuando andaba por Israel. Entonces, en vez de rechazar la metáfora sexual, yo juego con ella. El cristianismo entiende y organiza el mundo a partir de una ideología heterosexual: la familia, la subordinación, la dualidad. Mi propuesta es pensar una fe y una teología a partir de experiencias sexuales diferentes. No la de los gays, o la de las lesbianas, o la de los travestis, sino a partir de la Teoría Queer, una especie de paraguas que abriga toda la diversidad sexual. Quiero saber, por ejemplo, cómo un travesti se relaciona con lo sagrado, cómo es el Dios del transexual. Mi teología no es sobre la igualdad sino sobre la diferencia.

¿Cómo es un Dios "Queer"?

-Es un Dios que no está terminado. Tenemos a Dios saliendo del armario para decir "no puedo ser Dios, tengo otra identidad, necesito ser hombre". No es un gesto de donación a los hombres, sino una necesidad de Dios de revelarse. Decir: "Soy frágil, soy humano". Salir del armario le costó caro. Ésa es una interpretación nueva de Dios, a partir de otra manera de relacionarse con la divinidad. Esas metáforas del Dios perfecto, de sabiduría suprema, de ?acabado?, vienen de una manera de pensar pre-moderna. Yo trabajo en un marco pos-moderno. El Dios queer es un Dios inacabado. En proceso, ambiguo, con múltiples identidades, que nunca terminamos de conocer porque, cuando pretendemos abarcarlo, escapa, hay más. No quiero un Dios del centro hegemónico, un rey que te viene a visitar a la favela, te da la mano y te dice: "Yo soy Dios, tengo un reino y soy tan bueno que te vengo a visitar. Pero ahora, perdóname, pero tengo que volver al Reino de los Cielos". Hablo de un Dios que abre su armario y divierte a sus amigos, diciendo: "Ahora soy Marlene Dietrich".

sigue acá.

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