por Daniel Link, para Perfil
En nuestro país, el reclamo de “calidad institucional” aparece en todos los registros, con una carga metafísica la mayoría de las veces incomprensible, sobre todo porque se enarbolan (se gritan) los qualia precisamente allí donde más despreocupación parece haber en relación con ellos. Se presupone una corrupción generalizada del sistema democrático. ¿Será realmente así, o habría que ponerse a deplorar la estupidez y la ignorancia? ¿No seremos las víctimas sacrificiales de un proceso de cosificación o animalización sin precedentes en la historia? Hace unos días, el Dr. Noé Jitrik publicó una carta abierta en relación con un concurso para la provisión de uno de los más altos cargos docentes en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, procedimiento administrativo que ha despertado la curiosidad y la alarma de la comunidad académica (ese mundillo de doctos doctores). A diferencia del Dr. Jitrik (cuya carta puede leerse en Internet bajo la marca “concurso-catedra-de-literatura-latinoamericana-ii”), no estoy en condiciones de evaluar a los participantes (ni sus antecedentes ni su desempeño) de esta comedia de enredos que culminó con la emisión (que en este caso habría que llamar emesis: expulsión violenta y espasmódica del contenido del estómago a través de la boca) de un dictamen insostenible. El jurado, entre quienes estaba la segunda autoridad administrativa de la Facultad de Filosofía y Letras, resolvió, por unanimidad, designar a un aspirante y no a otro, en abierta violación del aparato jurídico, que reserva la efectiva “designación” del candidato (recomendado por el Jurado) al Consejo Superior de la Universidad. El caso es un ejemplo de la inextricable maraña de corrupción, estupidez e ignorancia que tanto nos preocupa: personas que gobiernan sin tener idea de los mecanismos de gobierno, personas que confunden gobierno con ejercicio arbitrario del poder, personas que confunden el ejercicio del poder público con la obtención de un beneficio particular o un rédito político. La emesis, el vómito, como síntoma.
Las tres gracias
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Mientras preparo un taller sobre el paso (siguiendo algunos motivos) de los
cuentos tradicionales, desde las lejanas cortes europeas a los libros que
hay...
Hace 2 semanas.
3 comentarios:
Daniel, lo subí al blog ni bien lo ví porque es una pieza maestra de economía narrativa, una sinédoque del país. ¿Por qué el concurso iba a escapar a otras situaciones sospechosas de nuestro terruño?
Nadie podía ponerlo tan bien en tan pocas palabras.
Además tu actitud desvirtua esas mzquinas generalidades que se hacen sobre los intelectuales y que los hacen ver como doctos egoistas preocupados sólo por su kiosquito. La Academia sabrá agradecer el gesto como contribución a la transparencia y sino no te merecerá. Pero los estudiantes, los destinatarios del saber de los verdaderamente buenos, esos sí te merecen.
¡Cerca del millón de visitas!
¡Aguante Profesor!
Daniel: te mando un abrazo antes de iniciar mi segunda "excursión ricotera" del año.
Supongo que habrá un digno festejo ... ¡si es después del domingo contá conmigo!
ojalá tuviera una madre que me leyera¡¡¡
en la foto de jorgito,estabas hablando lo del 80%?
vamos hacer el esfuerzo porla compra en la puta y cheta librería que lo puede traer,"piedra libre"que ya ni chorear se puede.
otra cosa,si lo compro,te puedo mandar unas preguntas para una revista que hacemos acá "culo chungo"?
abrazo,daniel.
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