domingo, 29 de julio de 2012

Habla, memoria

por Daniel Link para Perfil Cultura

Aunque el realismo mágico (que inventó el cubano Alejo Carpentier con el nombre de "realismo maravilloso") haya causado estragos en la literatura latinoamericana, Cien años de soledad sigue siendo un monumento insoslayable de la imaginación novomundana.
Como se recordará (si es que alguien sigue leyendo...), Rebeca, la niña huérfana que llega a Macondo cargando los huesos de sus padres en un morral y es adoptada por los Buendía, sufre de un insomnio agudo que se asocia con la peste del olvido que comienzan a sufrir los Buendía en primer término y todo Macondo, después. José Arcadio decide etiquetar los objetos con su nombre para saber qué son. El método (que subordina la función al nombre, es decir, que pone el nominalismo lingüístico en primer término) falla a partir del momento en que los habitantes de Macondo empiezan a olvidarse, también, de la lectura.
Melquíades (vuelto de la muerte) salva al pueblo de la peste de la desmemoria con una pócima mágica. Se queda a vivir con los Buendia y comienza a escribir los manuscritos que, al final de los tiempos (al final de la novela), descifrará Aureliano Babilonia (Babel es el mito central del nominalismo), el úlltimo de los Buendía y cuyo final dice que "las estirpes condenadas a cien años de soledad no tienen una segunda oportunidad sobre la tierra".
Ahora, el hermano menor de Gabriel García Márquez, el autor de aquella novela deslumbrante, ha señalado que Gabo ha sido arrastrado por la peste del olvido (que, en nuestro triste mundo, se llama "demencia senil"). Aunque algunos nieguen la especie (el cronista colombiano Antonio José Caballero para el diario El País de Cali, el director de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano y amigo del escritor, Jaime Abello), parece cierto que Gabriel García Márquez ya no publicará más novelas.
En todo caso, sea que "la realidad imita al arte" o que la imaginación desbocada de Cien años de soledad ha arrastrado al autor hacia las aguas del olvido intermitente, no es él quien necesita de una segunda oportunidad sobre la tierra sino aquellos que se han olvidado de leerlo, es decir: de leer (cualquier cosa).

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Tan solo me gustó un pco "El amor en los tiempos de cólera"; después "a 100 años de soledad, le sobran 50..."

Cien años de soledad y La montaña mágica son "abominablementesss" laarrrgaass...

Aledato dijo...

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laura dijo...

A mí me gustó Cien años... lo leí cuando era adolescente y tenía todo el tiempo del mundo para la pasión de la lectura. La memoria, la lectura, el tiempo que uno pierde leyendo, el tiempo que un pierde, la memoria.