domingo, 12 de agosto de 2012

El límite, el umbral


por Daniel Link para Revista Ñ

"Las personas mayores, ¿a qué hora volverán?" No diré quién es el autor de este verso, porque cualquiera puede localizarlo en Internet e, incluso, corregir su puntuación (que he distorsionado ligeramente).
Las personas mayores (colectivo en el que me incluyo) tiene con las nuevas tecnologías digitales una relación ambigua: algunos miran con sospecha los mecanismos de publicación, distribución y lectura que la red promueve, y otros los elogiamos hasta la exasperación. No es el momento para retractarse por antiguos entusiasmos pero sí para
expresar un reparo respecto de la relación de las tics ("tecnologías de la información y la comunicación") con el universo literario (los textos, y sus cultores: autores, lectores).
Las nuevas tecnologías digitales fueron y son un umbral de transformación (del conocimiento, pero también de lo estético) y no, como pareciera por el uso que de ellas hacen algunos jóvenes inescrupulosos, una lanzadera o trampolín para llegar a las mismas alturas de cinismo, autocomplacencia y elitismo propios de la cultura letrada de finales del siglo pasado.
Es extramadamente curioso que, entre nosotros, nadie haya todavía investigado las posibilidades de las ciberediciones. Alejandro Quesada, con su espléndido Mar de pijas y Max Gurián, con su sabio Condominio, son excepciones a la regla: ellos eligieron publlicar sus libros según la modalidad "por demanda". ¿Alguien, además de Mariano Blatt, reseñó esos libros o evaluó esa apuesta? Paralelamente, los índices de e-books incluyen poquísimos libros de autores argentinos contemporáneos, lo que indica que casi nadie (ni los autores, ni los editores, ni la crítica) tiene demasiado interés en ese futuro ya irreversible de la lectura.
Eso sí: la "nueva crítica", los "nuevos narradores" y los "nuevos poetas" siguen dando entrevistas a los suplementos de los diarios y aspirando a publicar sus libritos en las multinacionales de turno, una vez que la visibilidad lograda gracias a algún blog afortunado consiguió llamar la atención de los asesores literarios de los grandes medios editoriales.
Contra la persecución policial (en nombre de los derechos de propiedad intelectual) casi nadie se pronuncia, no sea cosa de molestar a algún gerente. Los modelos de producción textual (adecuados a la era digital) no se investigan (folletines, que yo sepa, ha habido casi ninguno en los últimos años). Y así siguiendo...
De modo que siguen siendo las personas mayores (¿a qué hora volverán?) las que más y mejor interrogan las nuevas tecnologías de edición como umbrales de transformación del arte, de la literatura y, por lo tanto, de lo viviente. Para los otros, los jóvenes, parecería, todo es facebook, es decir: ejercicio gratuito de exposición y autocomplacencia.
 

1 comentario:

Partido Pirata Argentino dijo...

El enlace en la Revista Eñe está acá:

http://www.revistaenie.clarin.com/literatura/Fantasias-era-digital_0_753524664.html

Aparece con otro título.

Interesante nota!

Saludos.