Tocamos timbre inútilmente. No estaba. Ahora avisa que se mudó. ¿Qué perversa tendencia de nuestra conciencia desdichada (después de todo, somos héroes) nos lleva a buscar por todas partes sus dislates coloreados imposibles de leer en bloglines? ¡Menos mal que no es mi culpa! (aunque ya me estaba dando algo de goce). Igual, me gustaría conocer el contenido de ese ejercicio de literaturas comparadas.
Parroquia
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Hablando con un amigo, le mando la foto de un libro porque no tengo el
teléfono a mano. No digo la genialidad, ni muchísimo menos, ¡pero sí me di
cue...
Hace 3 semanas.

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