viernes, 26 de enero de 2007

Maldita globalización

Desde que Gran Hermano cedió en exclusividad a Speedy una de las transmisiones del ciclo, se nos ha vuelto imposible conectarnos a Internet porque la red está totalmente saturada. Ayer y hoy hemos realizado infructuosos llamados a la compañía, cuyos recursos (técnicos y humanos) han sido desbordados por la debacle. Si pudiéramos cambiarnos de proveedor, naturalmente, ya lo habríamos hecho, pero las privatizaciones de María Julia y las zonas de exclusividad pautadas entre la canalla parecen seguir vigentes. En fin, no hay mal que por bien no venga y, no pudiendo trabajar, uno lee más distendido. Por cierto, en el locutorio al que vengo una vez al día a controlar correo (quién sabe hasta cuándo), el sitio blogger sufre censura, de modo que hasta el placer de registrar mis lecturas se me escapa.

7 comentarios:

Capitán Intriga dijo...

Linki: Siempre tenemos Gran Hermano Brasil, con mejores muchachos y más desnudez. Chequeá

http://soncosasmias.blogspot.com/2007/01/scm-gh-la-segunda-semana.html

Pablo dijo...

la unica solucion seria darte de baja y cuando te preguntan por que comentarles el problema. Igual es increible que tanta gente vea ese programa. me parece malisimo. no se cual es la gracia de ver a un grupo de personas encerradas en una casa. es horrible.

Anónimo dijo...

Tengo Speedy y por ahora no noté diferencia en el servicio... Espero que eso no suceda y que puedas volver a disfrutar de este medio como corresponde rápidamente.

Slds,
Daniela

Anónimo dijo...

Hola Daniel:
Son conformaciones de subjetividad ¿no? Hay un tipo de subjetividad que se quiere hipervisualizada pero en realidad está muy editada. Cuando hablamos de Gran Hermano deberíamos hablar de cómo se edita ese programa, esta es su posmodernidad: es todo lo contrario de la tele en vivo. Es una suerte de subjetividad de la post-producción. Uno no elige cómo mostrar su conducta, sino que lo dictamina un director de tele. Quizás las nuevas biopolíticas tomen como modelo estos espectáculos televisivos: biopolítica para una teleaudiencia cautiva.
Kisses.

Anónimo dijo...

Propongo el siguiente boicot: cambiar la actitud soñolienta de nuestra potencia que impera como impotencia. Luego acompañar ese despabilar con acciones contundentes tales como la queja animal (actividad impulsada por la necesidad inmediata y sin prevalencia de la razón -siempre en contra del intelectual-, aunque sin ausencia completa de ella, que por otro lado es imposible). Básicamente esto nos irá convirtiendo poco a poco en rapases humanoides, morfología ampliamente conveniente para desplazarse por el terreno de los negocios. Una vez en ese terreno iremos ejercitando habilidades y adquiriendo mayor poder sobre la masa inoperante de buenos soñadores. Al cabo de un tiempo habremos obtenido su dinero, y con ese dinero, los contactos necesarios para ser parte del grupo accionario de telefónica. Habiendo llegado a esa posición lo mínimo a usufructuar será una conexión a internet sin problemas técnicos y, posiblemente, la amistad de mujeres codiciosas pero hermosas.
Pero claro, hay una pequeña dificultad, ese boicot no sería contra telefónica sino contra nosotros mismos.

Un saludo.

Oli dijo...

nuevo blog literario, link...

nadamásynadamenos


saludos.

Linkillo: cosas mías dijo...

Capitán Intriga: Y sí, gente que usa sunga obviamente es más divertida. Pero no chequeo nada por ahora, porque me van a dar ganas de irme a Río...
Pablo: en cuanto tengamos confirmación de otra compañía nos sacamos de encima la mierda de speedy, la mierda de la telefónica, que no elegimos, naturalmente, sino que se nos impuso.