jueves, 6 de enero de 2005

Diario de un televidente

Anoche, TN cargó con todo contra Ibarra. El auditor de la ciudad dijo que si Sadaic puede controlar qué música se pasa en las discos y bailantas, cómo el gobierno puede alegar que no tiene personal suficiente como para hacerlo. Patricia Bullrich (persona que no me simpatiza de ninguna forma, pero que tiene buen manejo de cámara) polemizó con un mamarracho que mandó Ibarra (subsecretario de seguridad creo que es su cargo). La Bullrich repitió como latiguillo tres cosas sencillas (sus argumentos son siempre sencillos, un poco porque quiere cautivar a la audiencia, otro poco porque no podría retener argumentaciones sofisticadas). Cuando terminó de hablar, el mamarracho oficialista tenía cara de derrota previa. Y sin embargo lo intentó. Atacó ad hominem, descalificando a Patricia Bullrich. No podía hacer otra cosa: sus argumentos eran incontestables. Incluso, cometió un error delicioso (si el contexto no fuera tan dramático). Mentado el renunciado secretario de seguridad, gritó que ese hombre era un lujo para la administración porteña y que si había renunciado fue únicamente porque era un hombre digno... ¿Ibarra no lo es? Alcalde: no mandes a semejantes mamarrachos a que te ciuden las espaldas. Hoy, por suerte, escriben Susana Viau ("Lo único transversal") y Horacio Verbitsky, quien señala sobre el interinato de Álvarez en seguridad: "El proyecto que mañana presentará a Ibarra incluye medidas de prevención, tan obvias que ni merecen enunciarse". ¿Hace falta decir más?
Se prepara una interpelación ridícula, un show de canallas leguleyos. Anoche, en TN, un constitucionalista dijo que cabe el juicio político a Ibarra según la constitución de Buenos Aires. La Bullrich agregó que también cabe la revocatoria de mandato (hay que juntar el 20 % de firmas del padrón electoral: ¡una locura!).
Voy a ver si encuentro, para mi galería, una foto del alcalde con Chabán, para apurar un poco los trámites...

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