"Como Pinochet cuando lo detuvieron en Londres, también por orden de la justicia española, porque ni la de Chile ni la de la Argentina se decidían a actuar, Scilingo finge enfermedades invalidantes a la hora de responder por sus crímenes. Ambos fueron implacables con las personas indefensas que tuvieron en sus manos cuando ejercían el poder absoluto pero tiemblan y lloriquean, simulan hambre o demencia, cuando se les pide cuenta de sus actos", escribe Horacio Verbitsky en Página/12.
Elsa Morante, 1965. “Pro e contro la bomba atomica”
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“Nuestra bomba es la flor, o sea, la expresión natural de nuestra sociedad
contemporánea, así como los diálogos de Platón lo son de la ciudad gr...
Hace 4 días.
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