miércoles, 15 de noviembre de 2006

Nueva refutación de "lo nuevo"

por Daniel Link

Nouveau (nuevo) es bueno, es el movimiento dichoso del Texto: la novedad está justificada históricamente en toda sociedad donde, por régimen, la regresión es una amenaza; pero neuf (novedoso) es malo: hay que luchar contra un traje neuf cuando se lo lleva por primera vez: lo neuf envara, se opone al cuerpo porque lo priva del juego de las articulaciones cuya garantía está en un cierto desgaste: un nouveau que no fuese del todo neuf, tal sería el estado ideal de las artes, los textos, los trajes".

Roland Barthes por Roland Barthes

El siglo xx, podría decirse, enfrentó a la "literatura" al límite de su propio nombre, a la extenuación y a la fatiga de la unidad que alguna vez la había constituido y a una apertura insospechada de sus alcances y potencias[1].

Si la literatura tuvo, alguna vez, poderes que iban más allá del mero placer intelectual fue porque en la concepción misma de lo que era (o no era) literatura anidaba el pharmacon de la destrucción o de la descomposición.

Escribir, se decía, era proponer variedades nuevas de mundo, o transformar el mundo tal cual es, o sencillamente negar (radicalmente) el estado de las cosas. Por esa vía, naturalmente, hasta la idea misma de "literatura" se deshace o se transforma en otra cosa.

Si el siglo xx fue experimental y ecléctico, su literatura (el conjunto de prácticas que asociamos todavía con esa etiqueta) no pudo sino ser, y por las mismas razones, centrífuga y liminar.

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Acá, el texto completo.

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