Anoche, íbamos a ver la última de Tarantino, Death Proof. Antes, porque aunque se trate de un homenaje al cine trash (psicópata que asesina chicas, imagen envejecida deliberadamente, bla, bla, bla), seguimos prefiriendo ver películas en el más absoluto silencio, teníamos que comer, y lo hicimos viendo unos tramos (creo que repetidos) de ese programa que tanto y tan inesperado éxito ha tenido, Detrás de la magia (tal vez porque nos retrotrae a nuestra propia infancia, la infancia de la humanidad, abundantemente puntuada por las explicaciones de Las manos mágicas).
S. sostiene la teoría conspirativa de que Detrás de la magia está hecho en contra de Mindfreak, dado que el programa se dedica sistemáticamente a explicar los trucos que alguna vez Criss Angel hizo en su programa. Yo no llego tan lejos, pero es cierto que alguna forma de resentimiento debe de haber en una vocación de desencantamiento tan profunda como la que Detrás de la magia muestra (¿patrocinado por fabricantes de maquinaria mágico-teatral?).
Por supuesto, nunca hemos visto que revelen mecanismos de trucos que involucran a palomas o conejos porque hacerlo inmediatamente alertaría a las sociedades protectoras de animales, que extenderían su piadoso dedo acusador sobre la profesión. A diferencia de lo que sucedía con Las manos mágicas, pocos son los trucos que se ofrecen para que el espectador se proponga encantar a sus amigos en la próxima fiesta (uno, con crayones, requería sólo la sencilla operación de pintarse una uña con el color correspondiente, el que había que adivinar, pero era tan obvia la manipulación que jamás me animaría a proponerlo en una sobremesa). Los demás involucran cajas trucadas, falsos fondos, dobles de cuerpo, aceros que son en realidad de goma, una legión de empleados formando parte del equipo de producción, complicidades varias y, por supuesto, un sinnúmero de "beias asistentes".
Lo más molesto de Detrás de la magia es, precisamente, el audio doblado (la performance del mago enmascarado es muy berreta, pero como nos recuerda a un amigo que tenemos, nos despierta cierta ternura). Las "beias asistentes", las "hermosas chicas" despiertan siempre un comentario libidinoso por parte del locutor, lo que desconcierta un poco -porque es evidente que el programa está en principio destinado a prepúberes, y no se entiende bien a cuento de qué viene tanto desenfreno masturbatorio.
Por ejemplo, anoche: antes de explicar el mecanismo de un truco muy conocido, el locutor dijo "parece que el Mago Enmascarado tenía ganas de empalar a una hermosa chica por la espalda mágicamente".
Después, nos entregamos a las falsas mieles de Death Proof, sobre la que mucho no podré decir porque, harto ya de puerilidades, me quedé dormido después de la primera tanda de asesinatos. Alcancé a ver a Tarantino, que actuaba de bartender. Tal vez me equivoque, pero lo noté cada vez más repugnante, como si le costara madurar. "El resto depende de Usted".
Las tres gracias
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Hace 2 semanas.
4 comentarios:
hola, quería invitarte a que agregues tu blog a www.Argentino.com.ar
es un directorio de webs de Argentina y nos gustaría que estuvieras
saludos
Diego
soy re fan de deathproof :) te perdiste lo mejor... la 2a mitad es un delirio...
Tarantino?, uno de los últimos ladrones junto con los Coen, el cine es otra cosa. Más veo Kill Bill y Burn After Reading y mas quiero a Rivette o Garrel.
La alusión a chicas lindas siempre queda fuera de la moda de la putez, así que es lógico que te perturbe...
En cuanto a Tarantino, Deathproof es un bello homenaje a Russ Meyer ni más ni menos.
Saludos
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