miércoles, 18 de marzo de 2009

Partes de guerra



Hacía... ¿cuánto?... veinte años que no viajaba por Aerolíneas Argentinas, pero la invitación (consular) no dejaba lugar para elegir otra compañía.
Hemos seguido en la prensa las diferentes viscicitudes de los sucesivos concesionarios españoles, pero es penoso enfrentarse con la realidad cara a cara: avioncitos que las demás compañías ya no usan, los asientos apelmazados y duros como el concreto, los tapizados raídos o, en el mejor de los casos, remendados, ningún tipo de relación con las grandes alianzas del cielo.
¿Puede Aerolíneas Argentinas salir de su atonía actual? Ojalá que sí (aunque no sea el más grave de los problemas que tenemos).
Llego a Brasil en el contexto de la Semana Argentina en San Pablo (la más grande misión comercial de nuestro país). Me dicen que Celeste (Cid) llegó en un vuelo antes que el mío, pero no la he visto (por ahí le mando flores a la habitación). En cambio, estuve conversando con empresarios argentinos sobre los problemas del comercio bilateral, mientras el bus que nos transportaba desde el aeropuerto hasta el hotel trataba de abrirse paso en las autopistas colapsadas por la lluvia (media ciudad, ayer, quedó bajo las aguas).
Hoy, más tarde, será mi mesa. Yo pensaba hablar sobre la guerra en Buenos Aires. Ahora no sé. Revisaré mis archivos a ver si encuentro algo menos localista.

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