sábado, 10 de octubre de 2009

Tristes trópicos

por Daniel Link para Perfil

Los argentinos, que cultivamos la milonga en contra del sambódromo, oscilamos entre dos terrores simétricos (e igualmente falsos), la inminente revolución o el golpismo en ciernes (de lo cual, sospechamos, cada ley y resolución ministerial que se discute es un indicio claro). Ninguno de esos dos finales de la historia, sin embargo, nos tocará con sus pálidos dedos. Si preferimos sentirnos al borde de cualquiera de esos abismos y ponernos a gritar con toda la fuerza de la que son capaces las aves de advertencia (los teros, por ejemplo) es para que no se note dónde están y dónde no los huevos.

Un amigo que participa del entusiasmo por el balompié con una pasión inversamente proporcional a la que yo soy capaz de desarrollar por ese espectáculo de masas, se quejaba amargamente noches atrás (en un restaurante croata al que habíamos ido para despedir el invierno) sobre la decisión de los organismos internacionales de deporte, que no sólo establecieron a Brasil como sede del mundial de fútbol 2014 sino que, además, consagraron a Río de Janeiro como la sede de los Juegos Olímpicos de 2016.
Otro amigo, igualmente amargado, desdeña la existencia misma del gigante sudamericano diciendo que eso no es un país sino una mera ocurrencia de los Braganza (la casa imperial luso-brasileña).

Yo recordé los años en los que se discutía si Buenos Aires debía aceptar o no la instalación de una sucursal del Museo Guggenheim, que se resolvió (naturalmente) cuando los responsables del proyecto decidieron favorecer (o perjudicar, según se prefiera) a los cariocas, como un argumento más a favor de la constatación abrumadora de que Brasil, esa entelequia, es capaz de quedarse con cuanta cosa suelta ande dando vueltas por el mundo.
Cité también las estancias de Lévi-Strauss en San Pablo y las conferencias de Foucault en Río. Pensé en la cantidad de veces que me senté en la terraza del Hotel Gloria para ver aterrizar los avioncitos del puente aéreo en la Bahía de Guanabara y, como tantas personas en estos días de brasileñización del mundo, me pregunté cómo y por qué habíamos llegado a ser tan pálido reflejo de aquéllos que siempre, en toda circunstancia, nos parecieron personajes simpáticos y mononeuronales que jamás podrían competir con nosotros en otra cosa que la organización de fastos carnavalescos.
Algo debe de haber sucedido para que hoy nos estén vendiendo aviones o decodificadores digitales y organizando programas de formación doctoral binacionales para los que nos contratan por el único talento que, comparativamente, todavía podemos arrogarnos: el atrevimiento (correlativo de una cierta capacidad de grito).

En uno de sus libros más notables,
Tristes trópicos, Lévi-Strauss comparó la tropicalia americana (Brasil) con la asiática (India). Él creyó ver que el costado americano de esa franja de lujo representaba el futuro de la humanidad (es decir, de Europa), mientras que la India era en cambio el pasado agónico de la especie, hundida bajo su propio peso y su miseria, directa consecuencia de una relación invasiva con el territorio. Lévi-Strauss creyó ver en el delicado equilibrio entre habitantes y kilómetros propios de la Amazonia y sus zonas aledañas un modelo de mundo.
La burguesía brasileña (o los herederos de los Braganza, si nos ponemos muy conspirativos) no pensaba, con seguridad, del mismo modo, y por eso se entregó a estimular el crecimiento descomunal del mercado interno de Brasil, país que en pocos años (los que dura una vida) multiplicó varias veces su población y, consecuentemente, sus industrias.

Hoy Brasil está lanzado a convertirse en la quinta economía mundial en pocos años, a desterrar los escandalosos índices de desigualdad que caracterizaron su proceso de desarrollo (el “modelo” brasileño) y a mejorar la calidad de su sistema educativo que, a diferencia del nuestro, se preocupó antes por la educación superior que por la educación universal.
Mejor nos iría si, de cara al bicentenario, reconociéramos de una vez por todas que la historia, lejos de terminársenos (de un modo o de otro), nos pasó por encima ya varias veces y que no hay nidos ni huevos que esconder con tanto escándalo. Vuelvo a proponer, como años atrás, la consigna “Agora anexao” y a suplicar secretamente que los Braganza decidan considerar a nuestra triste patria como “O Estado do Rio da Prata do Sul”. Después de todo, si las naciones son construcciones históricas, la nuestra ha demostrado ya suficientemente su incapacidad para lidiar con nuestras imposibilidades.


20 comentarios:

Frenzo dijo...

Qué buen sentido del humor, un poco negro para mi gusto. Claro que siempre quedarán algunos que siempre preferirán la melancolía auténtica a una alegría forzada. Ya me veo, encapuchado como los etarras, pero con un mate en la mano y un tanguito de fondo, parte de la resistencia contra esta farsa brasilera.

Rinaldi dijo...

Con respecto a la última parte, Daniel, les vamos a dar batalla, los batiremos en una nueva Ituzaingó argentinos y orientales. En ese momento, guerra con el Brasil, la distancia entre el "capricho de los Braganza" y el Río de la Plata era abismal desde el punto de vista económico y miltar. brasil estaba mucho más poblado y armado, aunque su criminal sistema esclavista necesitaba de la carne producida en los saladeros rioplatenses, de ahí su expansionismo territorial, que contrasta, y acá me ponto revisionista, con la retracción territorial de los liberales argentinos, aliados históricos por otra parte de Brasil e Inglaterra (tropas brasileñas desfilaron en buenos aires luego de caseros el mismo día de la batalla de ituzaingó).
Fijate, por ejemplo, la flota imperial, que era capaz de bombardear no sólo buenos aires, sino también un lugar lejano como carmen de patagones. pero los ripolatenses tenían un valor diferencial: estaban fogueados, lavalle y dorrego, en las guerras de independencia, que habían llevado la emancipación por la fuerza de las armas hasta Lima y Guayaquil, y además se habían fogueado en las guerras civiles.
me gusta mi país, no necesito la exuberancia tropical ni los colores chillones para ser feliz, como diría charly.

Anónimo dijo...

Uf, no es la primera vez que me pasa no enender si hablás decididamente en broma o, ironías aparte, en serio. Pero hice un buen viaje por Brasil el año pasado y me quedé bastante perpleja. Están con una pata en el primer mundo y hasta me dio la sensación de que podrían estar en camino de resolver sus tremendas desigualdades sociales históricas, que por lo menos están trabajando seriamente en ese sentido. Y sí, por comparación, nuestras imposibilidades resultan más tristes y más indignantes de lo que ya serían sin comparar. Son (todavía) tercermundistas como nosotros, latinoamericanos para más datos, y están acá al lado... Yo me pongo contenta de que se hagan ahí el mundial y las olimpíadas. Eso no significa mucho en sí mismo, pero algo significa.

Anónimo dijo...

Pero para qué quedarnos con las sobras de los "quintos"...? si la vamos a hacer hagámosla bien y entreguémonos al primero o al segundo!

Patricia Giménez: diseño y estética. Walter Lezcano: edición y encuadernación. Todos felices. dijo...

Estimado Daniel: soy Walter Lezcano y tenemos una editorial autogestiosnada en Solano, un lugar pobre de Quilmes. También mantenemos un blog y queríamos saber si podíamos mandarte unas preguntas que enviamos a escritores para que sirva de inspiración a la gente de la zona que visita la página. Ahí van:
1-¿Cuál fue el primer libro que leíste?
2-¿Cuál fue el primer libro que compraste?
3-¿Cuál fue el primer libro que robaste? :
4-¿Cuál fue el primer libro que influyó en vos de alguna manera?
5-¿Qué necesitás para ponerte a escribir?
6-¿Qué fue lo primero que escribiste?:
7-¿Qué fue lo primero que publicaste? ¿Cómo lo ves ahora?
8-¿Qué estás escribiendo en este momento?:
9-Un libro imperdible
10-Una definición de escritor

Si puede contestarlas, ojalá que si, el mail es editorialmanchadeaceite@hotmail.com
Desde ya muchas gracias, y espero no haberlo molestarlo.
Un abrazo,
Walter

Rose dijo...

me acordé de Caetano,

O samba e o tango

Chegou a hora, chegou chegou
Meu corpo treme e ginga qual pandeiro
A hora é boa e o samba começou
E fez convite ao tango pra parceiro

Chegou a hora, chegou chegou
Meu corpo treme e ginga qual pandeiro
A hora é boa e o samba começou
E fez convite ao tango pra parceiro

Hombre yo non sei porque te quiero
E te tengo amor sincero
Diz la muchacha del plata
Péro nel Brazil és diferente
Yo te quiero simplesmente teu amor me desacata
Habla castellano no fandando
Argentino canta tango
Ora lento, ora ligeiro

Eu canto e danço sempre que possa
Um sambinha cheio de bossa
Sou do Rio de Janeiro

Fernando Terreno dijo...

Es más fácil fantasear con ser otro que hacerse cargo de ser uno mismo. Por lo menos hasta que se termina la adolescencia.
Me hace recordar a ciertos pensadores cipayos, que lamentan no ser ingleses o canadienses.

Un tal Pero Vazquez y un tal Stefan Zweig, entre otros, adelantaron el mismo concepto que don Lévy-S sobre el Brasil.

Emma Funes dijo...

Cicero,
voce abusou...
Además de resistir como Frenzo, creo que la tanga triángulo es de un mal gusto notable. Y ni pesando 45 como ahora, me la calzo.
Y no quiero ser una garota de la Bristol, jamais, jamais...

Drodro dijo...

Emma Funes tiene que comer más ravioles...

Julia dijo...

¡Muy de acuerdo! No sé si con el extremo de la anexión (quizás los terminamos destruyendo, además), pero sí con el paso intermedio de la admiración e incluso emulación de todo lo bueno de Brasil.
Y para los nacionalistas recalcitrantes: admirar lo bueno de otro no quiere decir despreciar todo lo propio, ni mucho menos!
(Gracias, Rose, no conocía esa de Caetano)

Victor da Rosa dijo...

Bem, em favor da diplomacia, estou torcendo horrores para que a seleção da Argentina vá para a Copa.

Andrés dijo...

Y finalmente podríamos ganar el mundial..

Anónimo dijo...

como les gustan a las namis los topus, me pa q me paso al otro bando

Ariel dijo...

ante las construcciones históricas del Brasil potencia, me saco el sombrero o al menos anoto en una libretita lo que nos resulta más valorable.
Ahora, lo de resolver las desigualdades... No sé... Están construyendo grosso muro en Río para "separar la ciudad de la favela". Ojalá no prospere, pero están en esa.
Tal vez no resulte en anexión sino en una forma del desarrollo desigual y complementario que no redunde en desmedro de las partes más pobres de ambos países.
Integración que le dicen.

Anónimo dijo...

Sr. L

La banda de música experimental Súper Siempre (Alan Courtis, Sergio Bizzio, Francisco Garamona, Alfredo Prior, y decenas de no-mùsicos invitados) presentan su disco "Juicio al perro", en el Malba, el lunes 19 de octubre, a las 20 hs (puntual), con entrada libre y gratuita.

Nos gustaría mucho contar con tu divina presencia (y con la presencia de tus divinos lectores), ya que varios mdios de prensa han publicado una fecha equivocada.

Y como en el Malba no se puede fumar, se recomienda ir ya fumado.

Te agradeceremos mucho que lo difundas en tu blog.

Y esperamos verte por allì.

Súper Siempre

Caroly dijo...

Llegué por esas casualidades del mundo bloguero :P
pero al leerte, me di cuanta q tienes ese humor que me gusta!

un beso! buen blog!
Chauu

Rinaldi dijo...

Me acordé de esta letra, que sintetiza mi postura:

"abrochensé los cinturones mis queridos / ante el mejor campeón de amor y psicohéroe / que mientras sigo argentina se devora / a combomán con su bocado maravilla....

fernandes dijo...

Buena exhortación a prender el despertador.

Lean... dijo...

Con respecto al comentario de un anónimo, los homosexuales para la mujeres tienen todo lo considerado bueno (el entendimiento amplio y la sensibilidad) y carecen de la mala enervación: el deseo de su cuerpo. A la mujer le gusta sentirse mas bien adorada que deseada por el hombre, y eso lo puede obtener de un homosexual con perfecta discreción.

Mhoris eMm dijo...

A mi me encanto el sentido negro, frenzo.


Saludooooos!