jueves, 29 de junio de 2006

La fiesta deportiva sin igual

Un taxista le dice a S. que espera que Argentina siga en el Mundial porque de ese modo no habrá piquetes hasta el 10 de julio, lo que facilita su trabajo.
Otro taxista me pregunta a mí quién va a ganar mañana. Yo estaba de malhumor porque venía (sin éxito) de intentar cobrar unos dineros que necesitaba para pagar deudas y le contesté que Alemania, "naturalmente". El señor (mayor, curtido por la vida) me dijo que él pensaba lo mismo porque (no sé si exactamente en ese orden): a) hay corrupción en el fútbol, b) Alemania va a poner toda la plata necesaria para que su equipo salga campeón.
Yo le contesté, todavía más irritado que al comienzo de la conversación, que Alemania iba a ganar y que estaba bien que así fuera. Todo lo demás podía o no ser cierto pero no tenía más importancia que la diferencia de perfomances que habían demostrado hasta ahora los dos equipos.
Además, me resultaba incomprensible cómo un mismo presupuesto ("hay corrupción en el fútbol") podía ponerse a funcionar en relación con un resultado adverso a la escuadra argentina y no en relación con un resultado que la favoreciera.
El señor, que había escuchado más radio de la que una mente puede tolerar sin comenzar a deteriorarse, argumentó que Alemania tenía más plata. "Ellos tienen más plata", dijo. Dando por sentado que los resultados de los partidos que hemos visto y los que veremos se dirimen en una mesa de negociaciones.
Es, en todo caso, lo que se llama "guión". La cultura (no podría ser de otra manera) está guionada y esos guiones a veces son difusos pero implacables cuando se los lee retrospectivamente. Yo, que soy completamente exterior a las tradiciones futbolísticas, sin embargo he podido "adivinar" quiénes iban a pasar a octavos de final y, luego, a cuartos (los infames italianos, si hay corrupción, son los más corruptos, y eso quedó claro en el último partido que jugaron). Ni siquiera sé si hace falta imaginar a millonarios con sobres llenos de billetes que pasan de mano en mano. Basta con que el guión funcione como tal.
En los campeonatos "mundiales" de fútbol los equipos no europeos son convidados piedra a los que sólamente el azar puede llegar a favorecer.
El taxista insistía en que la única explicación posible para una hipótetica derrota de Argentina sería que el partido estuviera comprado y su resultado decidido de antemano. Era inútil seguir reflexionando con/ para él. En un semáforo particularmente congestionado, abrí la puerta y salí corriendo, aprovechando que, como estos días no hubo partidos, los piquetes han vuelto a ocupar la ciudad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Más allá de que el género "conversación asimétrica con un taxista" está bastante guionado también, lo que no entiendo es esto: si te hacen faltas dineros y no te gusta ese género de diálogos (no es que a mi si), ¿por qué viajás en taxi?