lunes, 18 de febrero de 2008

Preguntan si...

Entrevista de María Pía López y y Sebastián Scolnik a Daniel Link para La biblioteca

LB: Algunos piensan que las nuevas generaciones han perdido el hábito de la lectura a partir de la emergencia del mundo “conectivo-digital” y, con esa “pérdida” lo que se daría sería una suerte de crisis de la idea misma de democracia que suponía un lector moderno, una relación específica con la conciencia, y que ahora un mundo proliferante de signos en la red amenazaría ese tipo de relación entre conciencia, libros, democracia, conversación, y con ello, las sensibilidades modernas...

DL: Me parece completamente incierto eso. Basta pensar que el nazismo fue pre-televisivo. Antes de la cultura de masas, con la cultura del libro, de Heidegger, de la alta filosofía alemana, sucedieron las peores catástrofes de la humanidad. De modo que, primero, no me parece que la cultura del libro haya sido democrática per se: hubo imperios, esclavitud, todo el período colonial en América Latina, Roca... ¿eso no estaba ligado a la cultura del libro? Me parece que hay que cuestionar un poco el carácter democratizador de la cultura libresca. Es cierto que la escolarización en países como el nuestro ha significado mucho para muchas generaciones de personas, gente –uno mismo– que carece de respaldo que no sea lo que pudo leer en la escuela o ver en la televisión. Porque la televisión te puede no enseñar nada pero también te puede partir la cabeza. Y si te parte bien la cabeza, en el momento exacto y en la dirección exacta, no es poco. Eso en cuanto a la cultura letrada.

Luego, que la gente lea menos porque tiene Internet es también un lugar común que no está para nada demostrado. De hecho, en general, la competencia se establece antes entre el tiempo de conexión a Internet versus tiempo frente al televisor: la gente que pasa mucho tiempo en Internet no es que dejó de leer para eso, sino que dejó de estar frente a la televisión. Y en ese punto yo aplaudo. O que mira televisión de otra manera: gente que navega por Internet y que en lugar de ver a Tinelli entero, va viendo los pedacitos que suben a Youtube, y entonces en quince minutos liquida la pesadilla que es “Bailando por un sueño”. Eso es una ganancia.

Y en tercer término, siempre se trata de contenidos, me parece, porque la gente puede haber leído mucho y siempre basura. Basura en el sentido político, ideológico, de democratización. Hay teorías expresadas en los libros que no son para nada democratizantes. Con lo cual, volvemos a lo de antes. Me importa a lo que la gente puede acceder, y es cierto que en Internet podés acceder a cualquier cosa. Esta es la ventaja que yo le encuentro con respecto a los medios masivos de comunicación, que tienen una oferta extremadamente dirigida de la cual no podés zafar. Basta que tenga el acceso al Internet, puedo acceder a cualquier programa, cualquier libro, etc. Entonces, basta que una sociedad tenga asegurada la conectividad del conjunto de la sociedad –y de las escuelas, como se planteó veinte años atrás pero que nunca se pudo hacer porque los radicales se robaron la plata. Si eso se hubiese cumplido, el carácter democrático de la tecnología estaría satisfecho y no sería patrimonio solamente de las personas que pueden tener banda ancha en su casa.

La entrevista completa puede leerse acá.

1 comentario:

girlontape dijo...

que internet le reste tiempo a la televidencia, en mi caso es cierto
de internet bajé libros enteros que no pude encontrar de otra manera, por ej. Gli Asolani de Pietro Bembo (1500), debate filosofico sobre el amor
coincido: democracia = aceso universal a internet