Sarlo, en este debate reciente, salvo lo de Palermo, ¿el resto de los aportes intelectuales no le pareció interesante?
B.S.: –No. No me pareció interesante porque el conflicto fue sumariamente definido por el Gobierno y, desgraciadamente, por un núcleo de intelectuales que se sumó sin demasiada reflexión a esa definición sumaria del conflicto. Es decir, el núcleo de intelectuales le puso palabras retóricamente más admisibles en la universidad, como cuando habla del 55, los comandos civiles o los grupos de tareas o que había un movimiento destituyente.
González, ¿para usted fue interesante?
H.G.: –Hemos pasado del elogio a Palermo a la idea de que habría otro tipo de intervención intelectual que se ofrecería como un revestimiento del aspecto más inmediatista que tiene la política, que es, en este caso, la posición del Gobierno. No coincido con esto. Podemos considerarlo como una expresión de la vida intelectual. Es decir, cuando aparece la palabra destituyente, no se puede considerar que apenas es un mero ropaje exterior a una cuestión que de todas maneras estaba definida, supuestamente mal, porque utilizaba las armas del lenguaje más directo de la política. Hay una distancia con el modo en que el político efectivo habla, es una tarea intelectual. Se ha dicho "hay comandos civiles", se ha dicho "hay golpe de Estado". La distancia que hay entre una palabra y otra, es decir, aquella que está escrita en el naturalismo del lenguaje político, y aquella que lo reconstruye de alguna manera, habla efectivamente de un tema que, por un lado, se dirige hacia nuestras divergencias, que son ostensibles. Aquí se estableció un uso nuevo de la palabra, y por lo tanto, eso me da la impresión de que es un uso del polemismo y de la vida intelectual respecto de cómo uno imagina que el peso de las palabras interviene en el cuadro de una situación política en que están involucrados el Estado y sus políticas específicas, ahí veo sí una divergencia interesante. Tomo los tres documentos de Carta Abierta; lo que escribieron Grüner y Rozitchner: lo que escribiste vos, Beatriz tanto en La Nación como en Perfil. Creo que fue un período de mucha productividad de escritos.
B.S.: –Nunca se me ocurriría decir que son revestimientos inmediatistas; no lo dije ni se me ocurriría decirlo. Dije que son traducciones intelectuales del discurso que estaba enunciando el Gobierno. Y hubo otras. Creo que es tuya la fórmula de "un golpismo sin sujeto". ¿No?
H.G.: –Sí.
B.S.: –Hubo otras que me resultan igualmente discutibles. Pero ¿para qué sirven las palabras? Las palabras sirven para pensar. Debe haber un momento en que las palabras tengan su brillo carismático de movilización de multitudes, y yo no voy a ignorar esa dimensión de la política. Pero digo, para qué sirven las palabras cuando circulan en un grupo miserablemente pequeño de personas, como somos nosotros. Por tanto, golpismo sin sujeto y destituyente, a mí no me sirven para pensar lo que sucedió en la Argentina en los últimos meses. Las capas medias urbanas hicieron una traducción rara de lo que estaba sucediendo en el campo; sabían tanto de soja como Cristina Kirchner, y empezaron a traducir la cuestión del campo en términos políticos, o en términos de una insatisfacción política, y ésas fueron las masas que se movilizaron. Si alguien hubiera dicho "del resultado del conflicto con el campo puede salir un Gobierno más debilitado de aquél que gobernó en los últimos cinco años", hubiera puesto mi firma. Entonces, sentémonos a pensar cuál es la mejor estrategia para que un Gobierno no salga debilitado. Pero cuando se habla de la palabra destituyente, por un lado, y del otro lado escriben "comandos civiles", frase que la última vez que la escuché fue a los once años, que parece sacada del sótano de la Iglesia del Socorro, donde se grabó la "Marcha de la Libertad", no estamos ayudando a que se construya bien el conflicto político.
Acá, el diálogo completo entre Beatriz Sarlo y Horacio González coordinado por Héctor Pavón para ñ.
Las tres gracias
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Mientras preparo un taller sobre el paso (siguiendo algunos motivos) de los
cuentos tradicionales, desde las lejanas cortes europeas a los libros que
hay...
Hace 2 semanas.
2 comentarios:
Uffa...como se extraña a Susan Sontag...a Noam Chomski...al New Yorker...a Granta.
Mi reino por un poco de elegancia...ese cruce vital entre la ética y la estética que reconocí en vos, mon cher ami, cuando te refrescaste con el abanico negro español.
La única luz al final de este tunel tan denso.......tan monotono........es mi copia firmada de La Mafia Rusa.
Mientras, tonight toca un DJ amigo mio...queres que te ponga en la lista?
Mi Linkillo adorado, se te extraña en las pistas...l'imagination au pouvoir, y que la música te guie siempre...hacia mi.
Dudosa y poco interesante intervención de Beatriz Sarlo en ESMA.Lo que ella se empeña en llamar 'evolución' desde las páginas de adn es de un tenor goriloide temible, como el ya manifestado en 'La pasión y la ...' y tan antiguo como la noción misma de peronismo y anti peronismo. El sábado omitió nombrar (con lo que sabemos que es nominar para ella) a las mayoritarias víctimas de la represión del 70 y homologó como martires idénticos a personas de ambos bandos. No digo que la hija de Lambruschini no lo sea, pero ojo, de ahí a los dos demonios hay medio paso. Los 70 son algo más complñejo. Aún si lo cristlizamos y convertimos en tropo.Y eso está demasiado lejos de la elaboración que esta sociedad necesita.
De nuevo el único que se planteó el lugar fue Alan , como habías hecho vos la semana anterior y se llegaron a escuchar sintagmas tales como : industrialización del testimonio (Kaufman dixit). Un oximorón verdaderamente intolerable.Sí el único que se dio cuenta de que ESMA no es Puán fueron vos y Alan, obviamente. Y también fueron ustedes y unos pocos sentados a la mesa del debate los que están pensando en problematizar como Pedagogía de la catátrofe u otras líneas las cosas, algunos otros, como Sarlo vinieron a decirnos como creen que es la verdad y esa posibilidad es nula por definición.
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