Anoche comimos gazpacho y ensaladas frías en la terraza de B y tomamos mucho champagne y, contra nuestra expectativa en contrario (pero la gente no estaba dispuesta a guardar luto), miramos los fuegos de artificio y escuchamos la sirena de los bomberos poco después de la medianoche. Para Tita Merello fue como un resort y lo pasó casi mejor que nosotros (empiezo a pensar que la especie de que los gatos se estresan cuando los sacan de sus casas es una leyenda urbana). Volvimos caminando y las veredas y balcones estaban llenos de gente con calor y ganas de "ver qué pasa". En la esquina de Independencia y Sáenz Peña un chico le dijo a B. que no siguiéramos por ahí porque había dos personas armadas. ¡Es que Estados Unidos es la calle más peligrosa del barrio! ¡Es que ahí está Cemento! Etc... Me impresionó que a Chabán lo agarraran en lo que fue Tatlin. "¡Cayó Chabán!", gritaba Crónica y Canal 9 resucitó sus peores imágenes. ¿Y cuándo caerá Ibarra? Los chicos de la Facultad, que han caído en un nivel bajísimo de comprensión de la realidad, producto seguramente de sus infancias menemistas, dicen que no hay que politizar la tragedia. Parece que no entienden que esto fue un acontecimiento político y no otra cosa. Pienso que si una sola persona muriera por el incumplimiento de una norma cuyo cumplimiento fuera mi responsabilidad yo renunciaría y me pondría a disposición de la justicia. Y tendría, además, que lidiar con mi conciencia. Ibarra, que es un descerebrado, no: por su responsabilidad murieron casi doscientas personas y él seguramente no perdió el sueño. No hay diarios, en la televisión pasan películas de mierda y no dicen nada sobre los heridos y desaparecidos. El silencio, de nuevo, es salud.
Las tres gracias
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Mientras preparo un taller sobre el paso (siguiendo algunos motivos) de los
cuentos tradicionales, desde las lejanas cortes europeas a los libros que
hay...
Hace 3 semanas.
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