viernes, 24 de noviembre de 2006

Une liaison dangereuse

"Escritura y academia"

por Daniel Link

1. Comienzo interrogando la conjunción: ¿en qué sentido "Escritura y academia" constituyen un objeto (es decir, un campo de problematización)? ¿Habría una relación de exterioridad entre escritura y academia? ¿Habría una relación de inclusión entre una y otra? ¿Es la academia un vehículo o un protocolo más de la escritura? ¿Es la escritura el punto de fuga de la institución pedagógica, lo que la transforma en otra cosa? ¿Funcionan, ambas palabras, en el mismo registro? ¿Puede la escritura concebirse como una práctica sin sujeto, en el sentido en que la academia (la institución pedagógica) lo es? ¿Puede la institución pedagógica (la academia) pensarse en un más allá de la ciencia (de la teoría), como parece ser la lógica de la escritura?

2. Conozco una sola escuela de escritura: se llama "Escuela dinámica de escritores", es una institución mexicana que funciona en la Casa Refugio de los Escritores y la dirige Mario Bellatin. He dado clases en ese contexto, que sólo admite seminarios muy breves (de una o dos semanas), sobre cualquier tópico y con un solo mandato: los alumnos jamás someterán a consideración de los docentes lo que escriben. En la perspectiva de Mario Bellatin, un escritor es alguien que debe saber ciertas cosas (no importa cuáles, naturalmente), pero no hay posibilidad de diseñar un programa de aprendizaje de la escritura que no sea de inmediato normalizador y autoritario. La "verdad" de la escritura funciona así en una órbita completamente excéntrica respecto de la "verdad" que las instituciones pedagógicas son capaces de sostener. Para decirlo brutalmente, de un lado la cultura, del otro la ciencia.

3. La "necesidad" de la obra, que la mayoría de las veces se nos aparece como motor de escritura (y su legitimación idealizada, es decir: imaginaria), es del orden de la cultura, mientras que la ciencia, porque prescinde de los sujetos, es ajena a la obra, al autor, al estilo y la escritura (al menos así sucede en nuestro tiempo).
En el mejor de los casos, la academia (la institución pedagógica) reproduce el murmullo eterno de la ciencia y sus verdades amasadas por los siglos de los siglos, sin disturbios, sin interrupciones, sin desvíos. Aún cuando la institución pedagógica se proponga la escritura como objeto (y lo hace todo el tiempo, bajo la rúbrica de "las obras"), sólo puede pronunciar sentencias sobre las escrituras ya existentes, es decir: históricas. No es, entonces, "la escritura" sino "las escrituras" lo que allí aparece como evidencia de que el mundo nos precede. La escritura es utópica y nunca la alcanzamos (jamás la alcanzaremos): es una mecánica, una lógica, un deseo, lo que se quiera, pero funciona en el registro de lo viviente y no en el registro de lo muerto (Kafka, Proust, Foucault). Pero si digo que la escritura parece estar del lado de la cultura y no de la ciencia (en lo que no pretendo originalidad alguna: es un "enunciado académico"), al mismo tiempo digo que la obra debe de ser, en el orden del pensamiento, el equivalente de la forma mercancía en el orden de las cosas y, así, la escritura se vuelve, ella misma, mercancía. Es posible escapar a este dispositivo, pero hay que pagar un precio: renunciar a inscribirse en la cultura (es lo que señalaba Foucault cuando definía a la locura como ausencia de obra).

4. De modo que "escritura y academia", lo voy viendo a medida que escribo, debe entenderse como una disyunción, y no una disyunción de cualquier tipo, sino una disyunción política que afecta tanto a las definiciones de la ciencia y la cultura, como a las del sujeto y el trabajo. La "escritura" (en el objeto "escritura y academia") se hiende en los dilemas que articulan esas decisiones. No es tanto que la "escritura" represente el polo de la libertad y la "academia" la esclavitud a los suplicios de la relación pedagógica, sino que cada una revela el carácter ilusorio (no absoluto, relacional, simbólico) de esas categorías. No es que me mire en dos espejos diferentes según la situación en la que sea capturado, sino que naufrago, siempre (en tanto "yo") en un vértigo de des-ilusiones.

5. El libro, la enseñanza escrita, es exotérica; la monografía, la enseñanza oral (eventualmente transcripta) es esotérica. La distinción entre exotérico y esotérico (que tomo de un bello libro de Jean-Claude Milner[1]) es cualquier cosa menos clara. Digamos, por ejemplo, respecto de la filosofía, que la enseñanza exotérica se dirige a quienes todavía están fuera de la filosofía (exo) y no han decidido (o no lo harán nunca) el modo de vida teórico, mientras que la enseñanza esotérica se dirige a quienes están en la filosofía (eso) y ya han elegido el modo de vida propio de ella. Si hay algo más en los escritos exotéricos respecto de las transcripciones esotéricas, ese "algo más" no sería de orden conceptual sino retórico. Es lo que Aristóteles habría llevado a su punto de perfección más alto: el procedimiento discursivo que reconocemos como protréptica y cuya función es arrancar al sujeto de la doxa para volverlo hacia la theoria. Dicho en términos que ya he utilizado: la escritura es lo que aparece en el momento en que hay un conflicto político entre la cultura y la ciencia. Y la escritura, precisamente porque existe en (y por) el ámbito de la cultura, es lo que paradójicamente de ella nos saca: nos arranca y nos con-mueve. La escritura (en el objeto "escritura y academia") es lo que nos obliga al saber que vendrá.




[1] Jean-Claude Milner. La obra clara. Buenos Aires, Manantial, 1996

3 comentarios:

Anónimo dijo...

entonces, mi querido daniel...sigo yendo a puán???

Anónimo dijo...

Mi opinión como estudiante y librera es que la academia pone cierta traba a la imaginación. Una cosa es dar un parcial de (no se) Platon o Gramatica y otra muy diferente es formar la mirada que tiene un escritor naturalmente. Dylan Thomas dice algo asi como "La conciencia artistica está o no está". La facultad es integramente responsabilidad, responsabilidad de sentarse y simplemente entender unos textos. La escritura se fuga porque son sedimentos del inconsciente mas una observacion diurna. La facultad no logra relajar. Por otro lado la multiplicidad de pensamientos de los profesores y las visiones que tienen de la modernidad logran desorientarnos y nos ponen en una situacion de "bueno, soy testigo de mi epoca" como diria Hegel.
La mayoria de los escritores son autodidactas. La pregunta que gira en torno al arte es siempre la misma ¿Y eso, dónde se estudia?

C'est tout.

Anónimo dijo...

Pd= siguiendo con el asunto creo que la facultad es unilateral en algunos sentidos, las catedras pretenden que se estudie una serie de temas de un gran tema determinado solo por la necesidad de transmitir segun los programas ciertos conocimientos STANDARD? podriamos decir? pero para un escritor, a la hora de escribir, necesita nutrirse de muchas expresiones artisticas.

Otro asunto es que la facultad no es algo diario, en mi caso aprendi mas de literatura, de movimientos, de editoriales trabajando en una libreria en donde el contacto es permanente que en un banco de facultad en donde nunca se hablan temas especificos por varios motivos, ademas hay que tener en cuenta que no toda la gente que asiste a una facultad tiene una "vida creativa" depende las familias, de la formacion artistica anterior, de si leen o no en la casa, del tiempo que disponen para formar su mirada critica, etcetera. Una cosa somos los chicos de 20 años y otra cosa es la señora de 60 (que tiene todo el derecho del mundo obvio) pero que dice estupideces que no tienen nada que ver con la clase y de ultima MOLESTAN.

Creo que tampoco se puede pedir a la universidad que sea un lugar CREATIVO, para eso estan los talleres, jamás vi en una clase de Semiologia un profesor creativo,¡el explicator querida! ¡no sabes lo que es el explicator! y una ya leyó cosas mas interesantes que la argumentacion.

Se busca esa cosa del genero academico liso y llano y no una mirada erudita y a la vez pícara: par example GOMBROWICZ era quien escribia al margen de sus apuntes de Derecho "Si el formalismo creciente no es compensado por lo humano la creatividad y el amor desaparecerán".

C'est tout.